El Real Madrid de Florentino Pérez tiene una nuevo y brillante perla con la que continuar sacando lustre al proyecto de markenting que emprendió al contratar durante el lockout a Rudy Fernández. Otro componente de la flamante selección española que logró en Lituania el título continental, Serge Ibaka, se convirtió ayer en el nuevo refuerzo del conjunto blanco. El jugador congoleño, de 206 centímetros, ha llegado a un acuerdo con el Madrid para los dos próximos meses, tiempo en el que cubrirá la baja del lesionado Velickovic, siempre y cuando en la NBA se mantenga el cierre patronal en la NBA.

Ibaka, que en el conjunto blanco compartirá vestuario con el otro jugador asimilado al que cerró las puertas de la selección, Nikola Mirotic, tiene contrato en vigor con los Oklahoma City Thunder, equipo en el que creció hasta convertirse la pasada campaña en el mejor taponador de la competición estadounidense. De este modo, como sucede con Rudy, el Real Madrid podría perder a dos de sus grandes estrellas si la NBA echa andar, algo que en cualquier caso no se espera de inmediato.

Con tan sólo 22 años, el jugador congoleño ha llevado una carrera meteórica desde que llegó a España para enrolarse en la cantera del Manresa. Sin apenas pasos intermedios, el pívot dio el salto a la mejor liga del mundo y ahora, siquiera de modo temporal, retorna a la ACB para convertirse en uno de sus principales reclamos. Ya que ayer el jugador se encontraba entrenando por su cuenta en Estados Unidos y tuvo que tomar un vuelo para viajar hasta Madrid, no debutará con su nuevo equipo en Euroliga, sino en la ACB, el próximo fin de semana ante el Gran Canaria.

El propio Ibaka utilizó las redes sociales para expresar la "ilusión" que le generaba firmar un contrato con un club como el Madrid. "Es un orgullo pasar a formar parte de un club histórico", aseveró el jugador, que puede generarle, también como en el caso de Rudy, algunos problemas al técnico del combinado merengue, el vitoriano Pablo Laso, que deberá conceder minutos a sus dos estrellas y ofrecer menor protagonismo a los jugadores que a la postre seguirán en el equipo cuando se resuelva el lockout y Rudy e Ibaka abandonen Madrid.

"Agradezco esta gran oportunidad tanto deportiva como personal. Llego con la máxima humildad para aprender del entrenador y de los compañeros y, al mismo tiempo, con ambición para intentar ayudar al equipo a ganar el máximo de partidos posibles durante el tiempo que esté en el equipo. Ya tengo ganas de ver de cerca a la afición madridista", añadió Ibaka.

El jugador, cuyo acuerdo incluye la posibilidad de seguir todo el curso en el Madrid si la NBA suspende definitivamente toda la temporada, tomó ayer mismo un avión desde Miami y mañana seguirá en vivo el duelo de Euroliga entre su nuevo equipo y el Armani Jeans de Sergio Scariolo.