VITORIA. El suizo Thomas Luthi fue ayer el mejor aliado de Marc Márquez, en quien todavía sobreviven las posibilidades de título después de no disputar la carrera debido a las importantes secuelas ocasionadas en la peligrosa caída del viernes. Aunque ciertamente debería ser Stefan Bradl quien pierda la corona en vez de que la gane el catalán, pues un total de 23 puntos les separan a una carrera del final de la temporada.
Únicamente la victoria de Márquez y la caída del alemán en Cheste serían viables para los intereses de SuperMarc, que, independientemente de lo que ocurra, quedará para la eternidad como el campeón moral del año 2011 en Moto2.
Ante su ausencia en pista, el protagonismo lo cobró un excepcional Luthi, el único capaz ayer de frenar las sanas intenciones de Bradl.
Cabe destacar que era el germano quien manejaba la iniciativa, venido a más ante las abundantes alternativas que se le presentaban hacia el cetro.
No obstante, el suizo armaba planes preciosos para él. Impulsado por la primera pole en la cilindrada rubricada el sábado, Luthi reaccionó ante el empaque de Bradl, quien conservador fue lo justo.
El suizo aspiraba a su primer entorchado con una 600cc. Tras ellos, los hermanos Espargaró soñaban con podios.
Si bien, nada de los planeado tendría su realidad, puesto que el accidente de Axel Pons suspendería la prueba malaya a tres vueltas vista de la bandera ajedrezada. De modo que los comisarios dieron la victoria a Luthi, quien pasó primero en el último desfile por meta.
El hijo de Sito Pons, que se propinó un fuerte golpe en la cabeza, fue evacuado de inmediato del circuito en helicóptero y trasladado a un hospital universitario cercano a Kuala Lumpur, donde permanece ingresado.
El TAC que se le practicó en el centro detectó un pequeño coágulo de sangre en el cerebro. Así, deberá permanecer ingresado varios días. Está previsto que el neurólogo emita hoy mismo un juicio más completo.