Vitoria. Han sido dos décadas las que ha estado Iñaki Isasi dando pedales. Desde que con 14 años se enfundara el maillot del Ópticas Luyando a las órdenes de Óscar Elexpe y Jakue Aramburu, la vida del corredor de Respaldiza ha estado ligada a la bicicleta. El pasado 9 de octubre en la París Tours, el alavés disputó su última carrera como profesional. Fin a una etapa. Iñaki cuelga la bicicleta después de más de media vida unida a ella. Ahora llega un cambio de rumbo. Eso sí, aún no se hace a la idea de que el año que viene cambiará las dos ruedas por el volante del coche de equipo, desde donde ejercerá como director del Euskaltel. "Todavía no lo tengo asumido", asegura. "Hasta que no empiece la nueva temporada y vea que no tengo que entrenar y no me toca prepararme no me haré a la idea. Entonces sentiré que no soy ciclista. De momento, no noto nada raro", añade.

La decisión

La tradición familiar fue clave

Su padre Jesús Isasi metió el gusanillo en casa. Profesional desde 1965 hasta 1968 en equipos como el Olsa y Karpy inculcó a sus dos hijos, Josu e Iñaki, el amor por este deporte. "En casa siempre se vivió el ciclismo", rememora. Su hermano mayor fue el primero en seguir los pasos de su padre y después le tocó el turno a él, algo que ve lógico. "La influencia familiar ha sido total. Del 100%", explica. "Veíamos la bicicleta con la que corrió aita, sus maillots, las fotos, trofeos y al final te va entrando el gusanillo", añade.

Los inicios

Buen recuerdo de la Llodiana

El menor de la saga de los Isasi disfrutó mucho en sus primeros años. Recuerda con cariño su etapa de cadete y juvenil en la Sociedad Ciclista Llodiana. "Lo pasábamos muy bien con Óscar Elexpe, Javi Lucas y Alaña". De este último guarda un recuerdo especial. "Siempre estaba ahí y es un hombre al que le tengo que agradecer mucho". El pequeño de los Isasi no olvida a sus mentores. De esa época también cita a Azkari y Unai Vélez. Les tiene en su memoria y siempre les estará agradecido. "Nos enseñaron mucho", explica.

"Las cosas nos salían bien ya que ganábamos carreras. Íbamos de excursión... Fue una etapa muy bonita", insiste. Una etapa en la que Iñaki no podía siquiera imaginar que algún día pudiera llegar hasta donde ha llegado. "Siempre es un sueño que tienes. Está en tu cabeza ser profesional, pero lo tomas como un juego. Lo imaginas sin más, sin llegar a pensar que puede ser en serio".

Sacrificio

"Es duro, pero es un privilegio"

Eso sí, para llegar hasta el profesionalismo, Iñaki Isasi ha tenido que sacrificarse al máximo. Este deporte tiene esta exigencia. El corredor de la escuadra naranja ha sabido adaptarse a este nivel máximo de sufrimiento. "Con los años te vas acostumbrando a más dureza, a exigirte más y a cuidarte más".

Dedicación plena. Eso sí, asumible para Iñaki. "A mí desde luego no se me ha hecho tan duro". El motivo para aguantar tantos sacrificios reside en que se ha dedicado a algo que es su pasión y que siempre le ha encantado. "Me ha gustado mucho la bici". Por eso, para el de Respaldiza dedicarse a una cosa que le gusta "es un privilegio". "Siempre hay momentos duros, pero es una gozada trabajar en un hobby", añade.

La carrera

11 años en la familia Euskaltel

Esa pasión le permitió dar el salto al profesionalismo después de cinco años en el campo amateur. Su buen hacer en el Tour del Porvenir, donde acabó tercero en las dos etapas reinas, le abrieron de par en par las puertas del Euskaltel en el 2001. Comenzaba una nueva etapa, que ni él mismo llegó a pensar que pudiera ser tan larga. "Es tu ilusión ser un buen profesional, ganar carreras y estar muchos años, pero saber no sabes cuanto podrás estar". Pues bien, el alavés ha estado nada menos que once temporadas ligado al conjunto de la Fundación Euskadi.

Un equipo que el próximo director del Euskaltel ve como "una familia". "Toda la gente es de aquí, es la misma cultura, te entiendes bien con ellos por lo que todo es más cercano y más fácil", añade al respecto. Por eso, Iñaki Isasi no se ve fuera del conjunto vasco. "Mientras lo haga bien me veo siempre aquí. O estoy fuera del ciclismo o estoy aquí", explica.

Los compañeros

Gente humilde y cercana

A lo largo de estos once años en el Euskaltel-Euskadi, Iñaki Isasi ha coincidido con grandes corredores de la talla de Laiseka, Mayo, Zubeldia, Samuel Sánchez o Antón. El alavés no se atreve a decir cuál de ellos es el que más le ha sorprendido, aunque en su memoria tiene la gesta de Iban Mayo en la Dauphiné cuando batió al mismísimo Armstrong. "Fue sorprendente. Tuvo un nivel muy alto y fue muy bonito".

De los de ahora destaca la "calidad" de Igor Antón del que dice que "es capaz de lo mejor" y que en un "buen día siempre remata" y la "profesionalidad" de Samuel al que alaba "su trabajo, lo que se cuida y la dedicación que tiene".

Sin embargo, Isasi quiere recalcar por encima de todo, la calidad humana de los que hasta ahora han sido sus compañeros. "Son todos cercanos. Gente humilde y con la que se puede hablar tranquilamente, algo que sorprende a mucha gente de fuera. Se pude tener otra imagen, de que son superestrellas o inaccesibles, pero son muy cercanos", explica.

Con todos ha tenido una relación cordial Isasi. Un corredor afable, buen compañero y que durante todo este tiempo no ha tenido problemas "con nadie". "El trato siempre ha sido muy bueno con todos".

Su rol

Sin remate debía ser gregario

La buena sintonía que tenía Iñaki Isasi en el equipo quizá se debiera a que el alavés siempre ha estado dispuesto a echar un cable a los demás sin pensar en el beneficio propio. El menor de los Isasi asume que ante la falta de remate para ganar carreras haya tenido que ejercer de gregario. "Al final cada uno tiene lo que se gana. No he demostrado que pueda rematar, eso me ha faltado y otros compañeros han sabido hacerlo y se han ganado esos galones".

Al menos, Iñaki ha sabido adaptarse y mantenerse ahí como uno de los mejores gregarios del pelotón. Doce participaciones en grandes vueltas -un Giro, cinco Tours y seis Vueltas- lo avalan. "Esto es un trabajo y si he estado once años ahí será porque he sabido cual es mi sitio y que ayudando a los demás, podía confiar el equipo en mí".

Eso sí, el corredor provincial también quiere dejar claro que si se despide del ciclismo sin triunfos no es solo porque haya tenido que estar siempre pendiente de los demás. "Al final oportunidades siempre se han tenido y no se puede decir que no he ganado porque he tenido que trabajar siempre para otros. Cuando he tenido la oportunidad, o no he tenido la suerte o no he sabido rematar", se sincera. Al menos, el balance final es satisfactorio, aunque se queda con "la espina" de no haber podido ganar una carrera.

El mejor momento

Cerca de un triunfo en el Tour

Iñaki Isasi a punto estuvo en el año 2006, el de mejor recuerdo, de no haber tenido esa espina clavada. Esa temporada fue tercero en una etapa del Tour por detrás de Freire y Zabel. Ése fue sin lugar a dudas uno de "los mejores momentos de su carrera", pese a que en un primer instante sintió "rabia" por quedarse con la miel en los labios. Sin embargo, poco después asumió la importancia de lo logrado aquel día. "Cuando ves que los que te han ganado son tan grandes, campeones del mundo los dos, pues bueno te quedas con que fue un momento bonito". Sin embargo, lo que más le llenó fue recibir las felicitaciones de los más cercanos. "Me quedo con eso", zanja.

Fue un día especial. Todo lo que se vive en el Tour lo es. "Es espectacular, increíble", recuerda Isasi. El alavés no olvida la marea naranja y lo vivido con los amigos de su peña en Pirineos. "Ver allí a toda la afición y a gente cercana es mucho más bonito todavía. Que un grupo de amigos se junten para ir animarte... Se te pone la piel de gallina. Ese recuerdo siempre va a quedar ahí".

Lo peor

La lacra del dopaje

Ha disfrutado tanto Iñaki Isasi de su carrera que a su memoria no le viene ningún mal momento. Tan sólo lamenta "todo lo que se ha hablado del dopaje". Esa lacra no le gusta al alavés. "Son golpes duros que ensucian la imagen del ciclista".

Eso a Isasi le fastidia y es lo peor que ha vivido. La persecución que sufren le ha hecho sentirse como si fuera culpable de algo. "Tener que rellenar donde vas a estar, te hace sentir un poco delincuente. Te da rabia que tengas que demostrar tu inocencia cuando en realidad tiene que ser al revés", se queja.

El balance

Ha merecido la pena

Pese a estos sinsabores, Iñaki cuelga satisfecho y con buen sabor de boca la bicicleta. El balance es satisfactorio. Cuando se pregunta quien ha dado más a quien, en un primer momento asegura que ha sido a partes iguales. "Un 50%". Sin embargo, una vez que repasa con mimo su carrera, considera que él ha salido favorecido. "Le he dado todo lo que he podido y del ciclismo he sacado también muchas cosas. Muchas experiencias, muchos amigos y si lo pienso bien, creo que incluso me llevo yo más".

El futuro

Ilusión ante un cambio brusco

Ahora su vida da un giro. Radical. "El cambio es brusco". Y es que en unos meses va a pasar de "estar dando pedales a estar sentado delante de un ordenador planificando la temporada o en el coche dando órdenes". Al menos, Isasi se felicita por poder seguir en el mismo mundillo, ya que es lo que le gusta y lo considera "una buena oportunidad".

Una oportunidad que según desvela no se esperaba ya que su intención era seguir compitiendo. Sin embargo, tras recibir la oferta de Madariaga para sustituir a Igor ni se lo pensó dos veces. "Tengo una edad en la que tienes ganas también de hacer otras cosas, que el ciclismo no te lo permite ya que exige mucho sacrificio". Al de Respaldiza le apetecía "cambiar de aires", algo que podrá hacer con este nuevo reto que afronta con ilusión.

El reto

Sin miedo pero con respeto

Ahora que empieza una nueva etapa, Iñaki Isasi la afronta sin "miedo", pero con "respeto", ya que es consciente de que habrá algunas cosas que le puedan costar. "Lo más difícil va a ser dar órdenes que no puedan gustar a los que hasta ahora han sido tus compañeros".

Al menos, el futuro director del Euskaltel confía en que "sepan entender" que ahora ocupa otro puesto. "Cada corredor sabe cuál es su sitio, cuál es su trabajo y que yo les tengo que dirigir. No creo que haya problemas y que lo llevaremos bastante bien".

Eso espera. Confía en que sean corredores como él lo fue en su momento. Disciplinados y en servicio del grupo. Ése es el legado de Isasi. Ése es el mensaje que quiere dejar. "Siempre he intentado ser un buen compañero, trabajar para el equipo, por su bien por encima del mío y creo que ellos también tienen que pensar igual". Esa es su nueva misión. Lo dice Iñaki. Un hombre de equipo y compañero de sus compañeros.

la ficha

l Edad. 34 años. (20-4-1977)

l Lugar. Respaldiza.

l Trayectoria. Formado en la Sociedad Ciclista Llodiana en los equipos del Óptica Luyando-Seguros Artziniega en cadetes y juveniles. En aficionados corrió tres años a las órdenes de Matxin en el Ripolín, Banaka y Saunier Duval, de donde pasó al Olarra. En profesionales ha estado once temporadas en el Euskaltel.

l Palmarés. Un tercer puesto en una etapa del Tour es lo más destacado en su carrera profesional. En Aficionados consiguió diez victorias, cuatro en juveniles, más la general de la Vuelta a Álava y otras cinco en cadetes, donde también ganó la Vuelta a Álava y Vuelta a Aiala.