A falta de un año para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, las obras de construcción están sumamente avanzadas y la venta de entradas va un ritmo frenético. El gasto en los preparativos está en marcado contraste con la última vez que Londres fue sede de los Juegos en 1948, cuando el país vivía grandes dificultades económicas, racionamiento alimenticio y una tristeza general tras la Segunda Guerra Mundial.