la plata. Una atrevida y disciplinada selección boliviana logró ante una anárquica Argentina un empate a uno en el partido que inauguró en la ciudad bonaerense de La Plata la 43 edición de la Copa América de fútbol. Edivaldo Rojas, con la ayuda inestimable de Ever Banega, adelantó en el marcador al equipo verde cuando nacía el segundo tiempo (m.48) y Sergio Agüero estableció el empate a los 76 minutos, cuando a la albiceleste la había ganado el desorden, el nerviosismo y la desesperación.
La igualada fue largamente celebrada por los 1.000 bolivianos que acudieron al Estadio Único Ciudad de La Plata para alentar a su selección, que a punto estuvo de dar un cachetazo aún más sonoro a las estrellas del conjunto anfitrión del torneo.
Argentina fue un equipo desdibujado y Messidependiente en un primer tiempo en el que prevaleció la presión, el roce físico y las equivocaciones con el balón. Fue de mayor a menor, todo lo contrario a Bolivia, al que le costó en los primeros minutos hacer pie en el campo pero que, lejos de desbordarse, esperaba con orden y disciplina táctica, y amenazaba con Marcelo Moreno Martins, por momentos una pesadilla para Milito y Burdisso.
Los albicelestes intentaron ser un equipo corto, con defensas concentrados y bien cerca del centro del campo, Javier Mascherano aportando equilibrio y Esteban Cambiasso y Ever Banega intentando asociarse con Messi, el más lúcido de lejos.
Cuando la afición todavía digería el cambio de Ángel Di María por Cambiasso, un error de Banega después de un saque de esquina permitió a Edivaldo Rojas, de tacón, someter a Romero y dejar congelado al estadio.
Con más prepotencia que buen juego, Argentina intentó llevarse por delante a los de Gustavo Quinteros, que pudieron haber sentenciado el encuentro, pero que al final acabaron sufriendo el empate de Agüero y pudieron incluso haber salido derrotados.