Lleida. Cuando Galdeano llegó al primer equipo de Euskaltel-Euskadi en la temporada 2006 y asumió el cargo de secretario técnico lo primero que le dijo Miguel Madariaga fue: "¿Ves ese chaval? Hay que apostar por él porque será alguien grande". Cuentan que el gasteiztarra tardó menos de cinco meses en acercarse a Madariaga y reconocerle que era cierto, que el futuro del equipo pasaba por Antón. El futuro es ahora. "Le conozco desde chavalín y sólo puedo decir que es un campeón que es persona, humilde y sencillo", dice admirativo. Y orgulloso.
¿Vio la etapa de Pal?
Claro, desde casa, como todos los días desde que empezó la Vuelta. No me gusta ver las carreras fuera de casa porque solo, con la tranquilidad, es cuando mejor se aprecian las cosas que están pasando en carrera. Y también porque puedo hablar tranquilo con Igor (Galdeano) y con Gerrikagoitia de lo que ocurre. Galdeano ha sido líder del Tour y dos veces quinto, ha ganado etapas en la Vuelta y ha acabado segundo, por lo que está acostumbrado a estas situaciones. Su visión es fundamental. A mí me cuesta más apreciar los detalles.
Y se pondrá también más nervioso, al ver a Igor subir de esa manera.
Normalmente ya suelo ser nervioso, pero ayer -por el miércoles-estaba muy calmado. Cuando Igor empezó el puerto en la parte de atrás del pelotón me llamaron tres o cuatro veces preguntándome qué pasaba, qué hacía ahí, si algo iba mal… Y yo estaba muy tranquilo porque había hablado con Gerri y me decía que todo estaba bien.
Y tanto, en cuanto se encendió la carrera, volvió a su sitio.
Éste es el Igor Antón por el que yo he apostado durante muchos años. El Igor Antón que nosotros queríamos ver. No niego que no he estado preocupado porque no acababa de arrancar. Viendo el año 2009 que Igor pasó por todo lo que se le vino encima, sinceramente, esperaba que esta temporada resurgiera. Cuando Galdeano me explicó el calendario que iba a tener y comprendí que Igor había dado un cambio muy importante a nivel personal, supe que iba a hacer una gran Vuelta.
¿Como la que está haciendo?
No, no puedo decir que yo ya sabía que iba a estar tan arriba. Hasta a mí me está sorprendiendo y creo que nadie puede hablar de que esperaba que estuviese a este nivel. Pero confiábamos en él plenamente. Cuando en invierno supimos cómo era el recorrido de la ronda española ya pensamos que si conseguía estar bien, ésta era una Vuelta para él. Quizás, o al menos yo y creo que Galdeano tampoco, no esperábamos que Igor tuviese este estado de gracia.
¿Cómo es?
No tiene compasión por nadie. Recuerda la etapa del Tourmalet en el pasado Tour. Era una jornada en la que teníamos puestas todas las esperanzas y en un despiste (Samuel se cayó al inicio de la etapa) casi se acaba todo. Si no llega a ser porque Samuel es mucho Samuel…
¿Temen más el infortunio que una grieta en su estado anímico y físico?
El estado mental y de forma de Igor en estos momentos es sensacional. Como el que nunca ha tenido.
Todo el mundo se muestra sorprendido por su madurez. ¿Hay alguna razón que explique ese cambio tan grande?
No hay una razón, sino un año: 2009.
¿Qué ocurrió?
Que durante ese año sufrió lo indecible. Fueron asuntos personales. Pero conmigo tuvo la confianza suficiente como para contarme todos y cada uno de sus problemas. Así pudimos ayudarle. Le dimos todo el apoyo que se le puede dar a una persona. Pero el apoyo más personal, más íntimo, se lo he tenido que dar yo porque le tengo a mi lado desde que era un chavalito y sé cómo es, conozco su forma de ser. Por eso también, quizás, entendí antes que nadie que no estaba pasándolo bien.
¿Tan mal lo pasó?
Lo que Igor superó en 2009 es lo que le está dando ahora la madurez y la fuerza para sufrir y demostrarse a sí mismo lo que realmente vale.
¿Llegaron a temer que no se recuperase?
Sí. Hubo momentos en los que pensamos "¡Buff!... ¡Qué mal!". Porque además cuando superaba un asunto le caía otro encima. Y así continuamente. El tema que más me preocupó, el que más me hizo sentir algo muy personal hacia Igor fue el de su ama, que enfermó (le detectaron un cáncer en 2009 que ya ha superado). En casa de Igor todos están muy unidos, es increíble cómo se llevan, y aquello le afectó muchísimo porque, además, creo que entonces no estaba ni al 40% recuperado del golpe que se dio en El Cordal. Se le acumuló todo.
¿Por eso Igor no anduvo lo esperado en 2009?
Se debió un poco a todo. Fueron tanto por cuestiones físicas, porque cuesta recuperarse de una caída como la que tuvo, como mentales. Pero su rendimiento no nos preocupaba. A Igor no se le presionó desde el equipo.
Había que mimarle.
Yo siempre he tenido claro que Igor era el corredor al que teníamos que esperar. Pero no sólo este año, sino desde que debutó con nosotros. Se lo he dicho a todos los directores que ha habido en este equipo.
Por todo lo que cuenta, ¿le hace especial ilusión que sea Antón el que esté ahí?
Sólo puede decir que estoy disfrutando. Y como yo, muchos vascos. Ayer (por el miércoles) un político me dijo que este equipo había conseguido lo que nadie en este país: poner a todos de acuerdo porque ahora sólo se habla de Igor Antón. Pero mentiría si no reconociese que para mí ver a Igor ahí arriba es especial. Me siento muy orgulloso.
¿Con qué momento de la historia de Euskaltel compara el de ahora?
No sé si hemos vivido algo igual. Sí hemos tenido momentos puntuales como la etapa de Roberto Laiseka en el Tour, la de Iban Mayo, los destellos del propio Antón, la medalla de oro que Samuel ganó en los Juegos Olímpicos de Pekín... Pero algo que dure tantos días y que genera tanta ilusión… Además, no es un hecho aislado porque se produce en una temporada extraordinaria de todo el equipo.
¿Y si Antón gana la Vuelta?
Estamos preparados para ello.
Antes de empezar la Vuelta, el propio Antón decía que aún no había alcanzado su límite. ¿Es éste?
No. Estos días Galdeano y yo hemos hablado mucho de Igor y nuestras ideas coinciden. Tenemos claro que el límite de Igor está aún muy alto.
¿Más alto que ganar la Vuelta?
Más.
Contador le decía el miércoles a Antón que se creyese de una vez lo bueno que era. ¿Es ése el muro que le queda por saltar?
Igor se lo cree, pero a su manera, que es distinta a la de cualquier otro ciclista. Él es el que aparece en la tele cuando habla: sencillo, buena persona y buen compañero. Es especial. Hace años tuvimos un fenómeno que se llamaba Miguel Indurain que además de campeón era humilde y tranquilo y ahora tenemos otro ciclista parecido.
¿Ha hablado con él estos días?
Hablo casi todos los días con él y con el resto de corredores. Y casi todos los días me dice lo mismo: "Gracias Miguel, pero hay que ir día a día".
También habrá pocos tan deseados ahora que está en la cima. ¿No se lo llevarán, verdad?
Igor renovó con nosotros a principios de agosto sin saber siquiera si lograría lo que está logrando. Fue el primero al que atamos y no tuvimos ni pegas ni dudas. Tiene dos años de contrato, pero si viene alguien y se lo quiere llevar quizás no podamos hacer nada porque su cláusula es de 600.000 euros e igual hay algún equipo que la quiere pagar. Pero no me preocupa. Igor es mucho Igor y no se irá, no lo creo.