estambul. La selección de Brasil solventó con soltura y sin contratiempos el enfrentamiento ante Irán (65-81) para echar a andar en un Mundial donde le aguardan a partir de ahora empresas mayores. Ayer, el primer cuarto marcó el partido. Irán mantuvo el tipo en las primeras acciones pero un parcial de 8-1 distanció al cuadro brasileño, que ya no padeció inquietud alguna (11-22), liderado por Tiago Splitter en el lanzamiento exterior y por Marcelinho Huertas en la dirección. El timonel baskonista acabó con diez puntos y nueve asistencias.

A pesar de los intentos de Hamed Hadadi, que evitó un prematuro hundimiento de su equipo con catorce puntos en la primera mitad, Brasil afrontó la situación tras el descanso con sosiego hasta el final.

un gran dragic Por su parte, Eslovenia se permitió el lujo de poner la primera piedra mundialista sin apenas esfuerzos. En un partido sin mucha historia, el combinado balcánico venció 56-80 a Túnez con el fugaz ex baskonista Goran Dragic como inteligente director de orquesta. El base de los Phoenix Suns acabó el encuentro con 16 puntos, ocho asistencias y cinco rebotes, pero sobre todo demostró que, pese a su juventud como bandera, está llamado a liderar a su equipo en este cita mundialista. Junto al timonel, destacaron Nachbar (14 puntos) y Vidmar (15). Por parte de la escuadra tunecina, tan sólo Radhouane Slimane fue capaz de rozar lo mínimamente aceptable en este torneo.