GHANA Kingson, Pantsil, Mensah, Jonathan, Sarpei, Annan, Kevin Prince Boateng, Asamoah, Tagoe (Muntari, m. 64), Ayew (Adiyiah, m. 90) y Gyan (Amoah, m. 82)

ALEMANIA Neuer, Jerome Boateng (Jansen, m. 72), Friedrich, Mertesacker, Lahm, Khedira, Schweinsteiger (Kroos, m. 81), Mueller (Trochwski, m. 67), Oezil, Podolski y Cacau.

Gol 0-1, m. 61: Oezil.

Árbitro Carlos Simón (Brasil). Amonestó a Ayew y a Muller.

Incidencias Partido de la última jornada del grupo D disputado en el estadio Soccer City ante 83.371 espectadores.

Johannesburgo. Alemania conquistó el primer puesto del Grupo D tras vencer a Ghana por la mínima. El conjunto germano se clasificó para los octavos de final del Mundial, ya que se benefició de la victoria de Australia sobre Serbia para terminar segunda. Los alemanes se medirán el domingo al segundo clasificado del grupo C, Inglaterra (16.00 horas), mientras que los ghaneses se enfrentarán el sábado al primer clasificado de este mismo grupo, Estados Unidos (20.30 horas).

Alemania no encontró el vértigo de la primera jornada, aquel fútbol hilvanado a dos toques que pasó como un tifón sobre Australia dejando pasmado a medio planeta. Parte importante de la culpa, claro, la tuvo Ghana, un equipo que sabe cómo recogerse, que arropa a su portero con dos líneas muy juntitas, sin pudor para retrasar a hombres de la calidad de Asamoah hasta la posición de lateral, pero que, una vez con la pelota en los pies, salen como flechas hacia el marco contrario.

Sin Essien, las posibilidades de Ghana de gobernar el medio campo son pocas, por lo que prácticamente renuncia a él y fía su juego a la velocidad en el despliegue, y más ayer, satisfecha con un empate que le daba el pase a octavos.

Alemania, necesitada de los tres puntos, no podía permitirse especular, así que los buscó sin saber cómo dar con la tecla que le otorgase el dominio en la zona ancha, que se convirtió en terreno de nadie. No anduvo fino Schweinsteiger, poco acompañado por Khedira, ni tampoco acudieron al rescate los medias puntas alemanes, por lo que Alemania se veía incapaz de construir.

Así discurrió la primera parte, de una lado al otro, con unos que quieren pero no pueden y otros que lo intentan pero no saben.

En el minuto 25, Mesut Oezil, el volante del Werder Bremen, tuvo una ocasión inmejorable, se quedó solo ante Kingson y en carrera, pero disparó al muñeco. Un minuto después, Lahm sacó sobre la misma línea de gol un remate de cabeza de Gyan. El partido era de ida y vuelta, terreno abonado para que crezca el fútbol de Ghana, un equipo musculado y veloz como pocos, pero en el que no se siente cómoda Alemania, que acaba por enfangarse.

En la reanudación, Alemania pausó su fútbol para inclinar el campo hacia Kingson hasta instalarse en el balcón de su área. Fue así como llegó el tanto de Oezil, un balón ajustado al segundo palo desde la media luna del área que se durmió en la red sin opciones para el meta africano.

Ghana, que venía de dilapidar por medio de Asamoah y con la colaboración del meta alemán la mejor ocasión del partido, se encontraba con un gol en contra y más cerca que nunca de la puerta de salida del Mundial. Sin embargo, los transistores trajeron la noticia de la derrota de Serbia, por lo que tanto Alemania como Ghana tenían reservado el billete a octavos.