vitoria. Hay veces en las que un cuarto puesto puede saber a medalla, una decepción destila orgullo y una derrota es ovacionada como si se tratara de la más épica de las victorias. Sergio Vez e Irantzu García regresarán mañana a Vitoria sin metales en su equipaje pero con la satisfacción de haber firmado una actuación asombrosa en el Mundial de Curling que se ha celebrado estos días en la ciudad rusa de Chelyabinsk. En aquellas tierras lejanas, heladas, dos adolescentes alaveses, dos primos de 15 y 17 años, han calentado el corazón de los aficionados locales con una demostración de descaro que les ha permitido firmar el mejor resultado de un representante español en un torneo internacional de deportes de hielo.
Irantzu y Sergio, que habían dejado en la cuneta durante la competición a varias parejas mucho más experimentadas, se quedaron con la miel en los labios el último día. La medalla estuvo cerca, muy cerca. La derrota en semifinales (10-3) ante los representantes de Nueva Zelanda apenas minó la confianza del dúo vitoriano, que se repuso con una madurez inexplicable para disputar la final de consolación. En este caso el rival fue China, un hueso duro de roer pero que tuvo que emplearse a fondo para lograr el triunfo. Al final, tras un encuentro vibrante, donde ambos contendientes demostraron una tremenda precisión, hubo que acudir al extra end para dilucidar quién se hacía con la medalla de bronce. Este tiempo adicional resolvió finalmente (8-7) un duelo que resultó apasionante para una afición que los jugadores alaveses se habían ido metiendo en el bolsillo con el paso de las jornadas de competición.
Sergio e Irantzu, destinados a coleccionar muchas medallas en el futuro, ayer no pudieron colgarse ninguna en el cuello. Pero recibieron un premio mayor, que quizá el desencanto del instante y su insultante bisoñez no les permitió disfrutar. Todo el público congregado para seguir in situ los partidos decisivos de la última jornada los despidió con una cerrada ovación. Algunos miembros de la organización llegaron incluso a soltar alguna lágrima y a abrazarse con ellos. Fueron los triunfadores, la sensación de un campeonato que aspiran a conquistar en un futuro no muy lejano. Quizá el año próximo, en Estados Unidos.
"Tenemos muchas ganas de volver a competir en un Mundial", aseguraba Sergio tras el partido. "Ahora vamos a seguir entrenando muy duro para poder ganar el Campeonato de España y acudir el año que viene". Su prima Irantzu, "contentísima" con el resultado obtenido en la cita rusa, casi ni podía creerse lo que habían conseguido. "Es algo difícil de explicar. Poder ir a un Mundial y jugar las semifinales es impresionante, una pasada", señalaba la mayor de los componentes de la pareja del Iparpolo. Ahora les queda un largo viaje para paladear el sabor de esta derrota que huele a triunfo y poder celebrarlo junto a sus amigos y familia.