ROMA. Así lo explicó el tenista español en una entrevista publicada hoy en el diario italiano "Corriere della Sera" con ocasión de su participación en el torneo de Montecarlo, primer Masters 1000 de la temporada en tierra batida.

"Soy más feliz de lo que parece. Estoy jugando bien y mi tenis ha vuelto a estar a un buen nivel. Todavía hay un margen de crecimiento, pero pequeño. Me falta quizá un poco de seguridad.

Pequeñas cosas. Físicamente estoy al cien por cien y se me ha pasado todo, incluso el dolor de las muelas del juicio", aseguró Nadal.

Aún así, en estos momentos, "ganar no es una obsesión", añadió el tenista, que comentó que estaría preocupado sólo "si estuviese mal o si no jugase bien".

Asimismo, explicó que le interesa más "la otra felicidad", "la de tener salud, amigos y una gran familia" porque, por ejemplo "la felicidad de triunfar en Wimbledon es sólo momentánea".

Sobre su periodo apartado de la competición en su casa de Mallorca, Nadal explicó que ha disfrutado de estos días de tranquilidad.

"En Manacor el ritmo es tranquilo y la gente está relajada. Mi serenidad nace allí, de la posibilidad de comportarme normalmente.

Allí no soy ni un vip, ni un ídolo. En la isla, los autógrafos me los piden sólo los turistas. Me despierto mirando el mar y así mi jornada empieza bien desde el inicio", explicó.

Aunque agregó que estar en casa sin poder entrenar "es muy triste", y desveló que durante su recuperación pensaba a menudo en la derrota con el sueco Robin Soderlin en semifinales de Roland Garros y la retirada de Wimbledon.

"Eso sí, nunca he pensado en retirarme. Nunca", sentenció la raqueta de Manacor y actual número tres del mundo. Respecto a su histórica rivalidad con el suizo Roger Federer, Nadal aseguro que "es fundamental tener a alguien con tanto talento delante".

"Roger es un tenista mucho más completo que yo y para derrotarle he tenido que mejorarme. Superar el nivel de mi tenis para dar lo mejor de mi. En eso él me ayuda", dijo.

Asimismo aclaró que con el número uno del mundo mantiene desde hace años "una relación cordial" y que suelen mandarse mensajes de móvil (SMS) para felicitarse por los cumpleaños o por las victorias.

"Cuando ganó en París en 2009 le dije que era muy feliz por él, porque se lo merecía", añadió. El tenista español aclaró durante la entrevista que siente que se haya dado por bueno el mensaje de que no quiere someterse a los controles antidopaje. "Yo los controles los hago, los quiero hacer y quiero que los hagan todos. El tenis tiene que ser limpio", comentó.

No obstante, añadió, "soy honesto cuando digo que las imposiciones del antidopaje, estar en casa desde las 8 a las 9 de la mañana, notificar la lista de mis movimientos, dónde voy y con quién, son un atentado a la privacidad".

"Me ha tocado hacer controles antidopaje en cada torneo que he disputado este año y la pasada semana han venido incluso a Manacor a mi casa. Yo no pido que no se hagan, pero que sean un poco más razonables. No tienen que convertirse en un show", opinó la raqueta española.

El tenista también reiteró su "madridismo" y afirmó que este año el Real Madrid tiene "jugadores, técnico y un proyecto nuevo y ha tenido poco tiempo para coordinar todo". "En la liga no vamos mal, pero hemos perdido el derby simplemente porque ahora mismo el Barca es mejor", explicó.