Duración 49 minutos.

Saques Seis de Ruiz, ninguno de Begino.

Pelotazos 210 pelotazos a buena.

Tantos en juego Siete de Ruiz y ocho de Begino.

Errores Cuatro de Ruiz, ocho de Begino.

Marcador 0-1, 1-1, 1-2, 5-2, 5-3, 8-3, 8-4, 9-4, 9-6, 13-6, 13-7, 15-7, 15-8, 17-8, 17-11, 19-11, 19-12, 22-12.

Incidencias Medio aforo en el frontón Labrit pamplonés.

pamplona. Como si de un déjà vu se tratara, los dos pelotaris que se midieron ayer en el frontón del Labrit rememoraron ayer aquel partido de 2008, en el cual Begino fue apeado del Manomanista al caer frente a Ruiz por 22-11, en un choque en el que el de Auza cometió múltiples errores.

La máxima de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra la hizo buena ayer Begino: volvió a regalarle demasiados tantos a un Patxi Ruiz ansioso por volver a brillar entre los mejores. El estellés controló el partido con la tranquilidad que le confiere su experiencia, y acabó colando un lapidario 22-12 en el electrónico pamplonés, convirtiéndose así en el octavo y último privilegiado en acceder a la liguilla de cuartos de final del Manomanista.

El cuarto tanto sirvió para marcar el punto de inflexión del partido: sería el último empate que se produciría (2-2), y Patxi Ruiz encarrilaría decidido su periplo hacia el más prestigioso de los torneos pelotazales.

Con poco más que tres tantos de saque y un par de aciertos de Ruiz, sumados a los tres errores cometidos hasta entonces por Begino y, todo ello, aderezado con una pizca de suerte, el estellés gozaba de un 11-6 en el marcador, aunque la renta aún no era demasiado tranquilizadora. Mikel Unanue, botillero de Begino, pidió entonces tiempo, confiando en que la terrible derecha de su pelotari podría, bien dirigida, enmendar los inexplicables errores cometidos hasta entonces por el de Auza: pelotas fáciles que marcharon endemoniadas hacia las ventanas superiores, o dejadas tan flojas que no llegaron ni a tocar el frontis. Sin embargo, Ruiz entendió mejor el partido que tenía por delante, y se limitó a dejarle hacer a Begino, que cada vez que daba un paso para adelante, daba otros dos para atrás.

Aunque el zaguero de Auza se hizo cargo de que sólo a base de enfurecidos derechazos reconduciría el partido, no fue capaz de dejar de cometer errores, y a la postre el electrónico reflejaría la diferencia entre ambos pelotaris: uno, experimentado y templado, y el otro, impaciente y precipitado.

Así las cosas, aún Begino lograría colar excelentes dejadas al txoko y a la contracancha, así como derechazos sublimes que le servirían para ir maquillando el marcador.

Sin embargo, la ausencia de errores de Ruiz desde que llegara al décimo tanto fue demasiado para el de Auza, y el 22-12 hizo que el último billete para el Manomanista cayera del lado del estellés, que alcanza así, por octavo año consecutivo, la ronda de cuartos de final del Manomanista.