vitoria. Una vez más el mundo del deporte se ha teñido de luto y de consternación. Un joven vitoriano, que acababa de cumplir los 27 años, falleció anteayer en Barcelona mientras se encontraba completando un entrenamiento con el equipo de baloncesto al que pertenecía desde que comenzó a vivir, hace unos meses -precisa un amigo-, en la Ciudad Condal.

Al igual que ha sucedido en casos más sonados, como los de los futbolistas Antonio Puerta o Dani Jarque, la muerte le sobrevino a un organismo habituado al deporte, que según señalan sus amigos "llevaba unos hábitos de vida muy sanos" y que disfrutaba desde hace años practicando regularmente ejercicio.

"Es inexplicable que le pase esto a alguien como él", manifestaba un amigo del joven fallecido. "Era quizá la persona más deportista que conozco. Salía lo justo y ni siquiera había fumado un cigarro en toda su vida", explicaba, lógicamente afectado, un amigo de este joven vitoriano, que había estado residiendo en el extranjero, en Alemania, antes de recalar en Barcelona.

Aunque a última hora de ayer aún no se conocían los resultados de la autopsia a la que fue sometido, casos como éste comienzan a ser demasiado habituales en los recintos deportivos. Jóvenes completamente sanos, en forma, habituados a realizar ejercicio muy a menudo, sufren muertes inexplicables que, quizá por la notoriedad de las personas que lo han sufrido en las últimas fechas, han cobrado mayor dimensión. La familia se encuentra en trámites para que se traslade el cuerpo a Vitoria, donde está previsto que se celebre el funeral.