Vitoria. Rafa Nadal sigue en paradero desconocido. El tenista asustadizo y débil de mente que compareció ayer en su nombre en la pista del O2 londinense se parece físicamente al campeón balear, pero está a años luz en cuanto a tenis del hombre que tiranizó el circuito mundial y apartó del número uno del ranking ATP al que señalan como el mejor jugador de todos los tiempos. El sueco Robin Soderling, su verdugo en Roland Garros, volvió a derrotar a la segunda raqueta del mundo (6-4 y 6-4). Y lo hizo con menos apuros de los que encontró en París hace unos meses.
Nadal se ha derretido como un azucarillo en este tiempo. Los problemas personales que se han cruzado en su camino, así como las lesiones, lo han convertido en un tipo miedoso, lejos del todopoderoso tenista inagotable que vencía a los puntos a todos sus rivales. Ayer Soderling no tuvo que afrontar un duelo maratoniano.
Ayer se divirtió. "Siempre es divertido jugar con un buen jugador y Nadal es uno de ellos. Siempre hemos tenido buenos partidos", comentó el sueco al término del choque, que coloca al debutante Soderling (que entró en el torneo como reserva ante la baja de Roddick) en una inmejorable situación para afrontar el resto de la competición.
El tenis de Nadal, demasiado anquilosado, apenas dio para aguantar durante poco más de hora y media el empuje y la potencia del nórdico. Soderling, presumiblemente el hombre con menos amigos dentro del circuito, comenzó el primer set con un break (3-0), pero Nadal reaccionó hasta igualar el marcador (4-4). Fue el único atisbo del antiguo Nadal que se vio en la pista del recinto olímpico. El segundo set, plagado de errores por parte de ambos contendientes, mostró a un Nadal con más energía. Pero acabó sucumbiendo ante un Soderling que llegó a desperdiciar una bola de partido. Hoy se disputan otros dos encuentros del Torneo de Maestros. El español Fernando Verdasco buscará su primera victoria ante el argentino Juan Martín Del Potro en el O2 de Londres. El madrileño, que debutó con una derrota en tres mangas ante el suizo Roger Federer, no puede permitirse más despistes si quiere pasar a las semifinales.