Una interesante explicación sobre los procesos que tiene que seguir la uva desde la plantación hasta el embotellado final. María Martínez, enóloga de ZINIO Bodegas, relata paso a paso cómo se elabora el vino, el tipo de cepa donde crece, los cuidados que se tienen que tener en cuenta, los controles previos a la vendimia, su paso por la nave de elaboración...
Para esta experta, no existen secretos en la elaboración del vino y explica con detalle todas las etapas que experimentan sus caldos, desde la plantación de las cepas en vaso hasta el embotellado final. En la actualidad se realiza la espergura, un proceso tedioso que consiste en ir planta a planta para limpiar los brotes pueden perjudicar el resto de los brotes principales para que se haga correctamente la formación de los racimos y nazca la uva deseada. Se trata de un paso necesario para que en agosto se pueda empezar con los controles de maduración al uso y determinar cuál será el momento adecuado para vendimiar.
En agosto se empieza con los controles de maduración al uso y se determina cuál será el momento adecuado para vendimiar
Una vez ya se ha determinado el inicio de la vendimia, las uvas entran sin el raspón, solamente el grano de uva con su hollejo y sus pepitas, por las tolvas de recepción y van directamente a la nave de elaboración. El interior de la bodega sorprende al visitante con sus modernos depósitos y una iluminación cautivadora. Además, uno de los depósitos hace las funciones de cine y en su estructura exterior se proyecta un vídeo muy ilustrativo en el que se revela todo el proceso de transformación del fruto de la vid en una exquisita bebida.
El interior de la bodega sorprende al visitante con sus modernos depósitos y una iluminación cautivadora
Será en esta nave y en sus depósitos donde se producirá la fermentación alcohólica, es decir, diferentes microorganismos, que en realidad son las levaduras, consumirán todo el azúcar que contiene la carne de la uva para transformarlo en alcohol, un proceso que dura alrededor de una semana o 10 días.
El vino pasa por dos fermentaciones; la alcohólica y la maloláctica
Paralelamente se van a ir haciendo diferentes procesos de maceración pelicular que permitirán extraer el color del vino tinto deseado. Aún así, todavía quedará la segunda fermentación, la maloláctica, en la que intervienen las bacterias que se encargan de consumir el ácido málico y transformarlo en ácido láctico.
Sala de crianza
La siguiente parada en la visita exige bajar el tono de voz, ya que es en la sala de crianzas donde los vinos reposan antes de sacarlos al mercado. En esta etapa la elección de las barricas, la tranquilidad del ambiente y que las condiciones climáticas sean lo más homogéneas posibles son factores muy importantes. Mantener una humedad y temperaturas constantes, sin demasiado salto térmico, es necesario para que el vino conserve su nivel dentro de la barrica. Las barricas de roble americano y francés dan forma y sabor a los diferentes vinos que se producen en la bodega, motivo por el cual resulta esencial una selección previa del perfil del vino que se va a criar.
La elección de las barricas, la tranquilidad del ambiente y que las condiciones climáticas sean lo más homogéneas posibles son factores muy importantes en la sala de crianza.
Tras seis meses de estar en la sala se hace una saca o limpieza para ver cómo va envejeciendo y forjando el carácter de vino criado. En ese momento se determinan una serie de correcciones y, de nuevo, el vino reposa durante 6 meses más. Si va a ser crianza, en un año podrá ser embotellado; en el caso del reserva, necesitará más tiempo. “Tras ese periodo, se pasará a la crianza en botella”, explica la enóloga, “un paso necesario para que el vino se acabe de criar y consigamos que cuando llegue a la copa, podamos disfrutar de ello”.