El vino no es una simple bebida; su anclaje a la tierra, a las personas y a las sensaciones lo convierten en un ente casi vivo que se nutre de diferentes elementos esenciales para existir. Irache Ancín, directora de comunicación de ZINIO Bodegas, nos desvela cuáles son los elementos imprescindibles que guían la visita guiada por sus modernas instalaciones.
En primer lugar está el campo donde participan 200 agricultores y en el que nace y crece la uva. Le siguen las piedras, presentes en la fachada de la bodega y sacadas de los viñedos de los agricultores cooperativistas, un elemento que simboliza el esfuerzo de cada acción y que han permitido que una bodega joven, con sólo 36 años, haya llegado a los cinco continentes.
Por otra parte, están la uva, la madera y el vino, que se encuentran en la sala de barricas, claves en la consecución del producto final. Y, finalmente, se encuentra el corcho, un elemento simbólico que engloba el cierre de una etapa (embotellado final) pero el inicio de otra; con el descorche empiezan las celebraciones y la posibilidad de formar parte de muchas historias alrededor del vino.