El documental vitoriano ‘Bailando a golpes’ lleva al primer plano a la batería
Músicos de diferentes generaciones y estilos toman parte en una película que se estrena este mes en Vitoria y Málaga
Con sus proyectos como líderes, tocando en bandas como Berri Txarrak o El Último de la Fila, y actuando junto a artistas como Jorge Drexler, Ariel Rot, Perales, Iván Ferreiro, Nathy Peluso, Serrtat y El Kanka, entre otros. Así vienen componiendo su camino los 21 bateristas que protagonizan el documental Bailando a golpes, un proyecto nacido en la capital alavesa de la mano de Álvaro Larrory (director y guionista), otro habitual de las baquetas, al igual que Javier Ortega (dirección de fotografía), la otra parte indispensable de este proyecto.
Nombres como Borja Barrueta, Ángel Celada, Úrsula Strong, Galder Izagirre, Mariana Pérez y Antonio Pax Álvarez aportan su experiencia, sabiduría, formación, talento y reflexiones a una creación que el 21 se podrá ver en la Semana del Documental Vasco que Fundación Vital lleva a cabo en Vitoria y el 31 en el Moments Festival (Málaga). “En la película lo que se percibe es un amor bestial por el instrumento y por la música. Es la fuerza que ha movido el documental”, apunta Larrory en torno a un proyecto que también tiene otra base gasteiztarra fundamental como es la colaboración con Sonora Estudios.
Como curiosidad, cabe decir que la banda sonora de la película, creada para la ocasión, no cuenta con ninguna batería
Es la batería, la que por lo general suele situarse al fondo del escenario, la que aquí se hace con el primer plano. Lo hace, además, con el propósito de ser protagonista de un filme destinado a cualquier persona “que tenga un mínimo de curiosidad por la música”. Ante el público que quiera dejarse llevar por el ritmo estarán intérpretes como Vicente Climent, Pedro Barceló, Rakel Arbeloa, Pablo Serrano, Fernando Lamas y Daniel Lizarraga.
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El instrumento primigenio
Fue en 2018, a raíz de un viaje a Estados Unidos de Larrory, cuando prendió la chispa de esta producción. Tras pasar por ciudades como Nueva York, Chicago y Memphis, constató “la importancia que le dan allí a la cultura musical” frente a lo que sucede por estos lares, donde “parece que nunca valoramos lo nuestro”. Así que, de repente, empezó a aparecer una idea, la de poder hacer este documental. “Tocar la batería es como un arte. Es algo que está relacionado con la energía y la fuerza, pero que requiere algo más. Es el instrumento primigenio”.
Larrory y Ortega ya se conocían. De hecho, la primera vez que se pusieron en contacto fue precisamente por una batería. “Yo necesitaba algo para una grabación y Álvaro me lo prestó”, recuerda Javier, cuyo trabajo en el mundo audiovisual conocía bien el director de Bailando a golpes. Por eso “le llamé y le pregunté si se vendría conmigo a hacer esto realidad”. Su compañero en esta aventura ni se lo pensó. Fue un sí al instante.
Así que en 2019 empezó un proceso de grabación que les llevó a diferentes ciudades y a entrevistarse con músicos como Oriol Flores, Karlos Arancegui, Xavi Molero, Oriol Roca, Ricky Lavado, Hoss Benítez, Enric Ponsa y Gloria Maurel. El camino no fue sencillo. Para empezar porque la pandemia lo paralizó todo. Además, hubo que hacer verdaderos encajes de bolillos para cuadrar agendas, aprovechar al máximo los días de viaje y rodaje, y poder llegar a todo lo que se quería.
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“Es una amalgama de bateristas de diferentes edades y distintas épocas”, más allá de que el documental “tiene un hilo conductor. Quería tratar una serie de temas muy concretos con ellos como lo que supone hacer giras, tocar en escenarios más grandes o más pequeños, hablar de lo que es el sonido que cada uno tenemos en la cabeza y qué conseguimos para materializarlo… Eso ha hecho que haya una unidad”, explica el director.
El documental está destinado a cualquier persona “que tenga un mínimo de curiosidad por la música”
“Todos nos han hecho llegar que estaban muy contentos de poder participar. Han entendido nuestro amor, pasión y ganas de hacer esto. Eso ha ayudado mucho a la hora de hacer el trabajo. Además, el hecho de ser nosotros también bateristas ha sumado” a la hora de ir componiendo un puzle audiovisual que se abre y se cierra con Manuel Almeida de Ocampo, todo un artesano de la batería que, por desgracia, falleció el pasado verano.
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Toda una experiencia
Junto a todas estas personas se construye un documental con otra peculiaridad importante. En su banda sonora, creada para la ocasión por Marcel Bages y David Soler, no hay ni una sola batería. Es la guinda, si así se quiere ver, de un proyecto que, como reconoce Ortega, “ha sido una experiencia, con sus altos y sus bajos, de la leche”.
La intención ha sido conseguir “sacar la esencia” de cada participante en el documental. Eso ha pasado también por el hecho de grabar en espacios muy diferentes, en esos lugares en los que ellos y ellas, junto a su instrumento, se sienten como en casa. A veces, además, de manera literal. “A muchos los conocía, pero no quería profundizar demasiado antes de ir a donde cada uno porque con la cámara me apetecía captar sus emociones y creatividad. Cada grabación fue distinta en ese sentido. Lo que sí que quería es que la gente que vea ahora lo que hemos hecho se pueda empapar de este instrumento”, describe Ortega.
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“El documental, aunque pueda estar mal que yo lo diga, ha quedado muy bien, más allá de que los dos somos muy autocríticos. Esto es como los discos, que si te pones así, no los terminas nunca. Pero más allá de eso, creemos que el trabajo está muy bien y que puede llegar a todos los públicos”, explica Larrory, más allá de que encontrar distribución y festivales que quieran acoger un pase no está siendo sencillo.
A la espera de que ese camino hacia el público pueda encontrar las sendas adecuadas, ambos se llevan de esta experiencia, más allá de la amistad compartida, el aprendizaje que han tenido como bateristas gracias a la realización de esta producción. “El poder entrar hasta la cocina del universo de bateristas a los que admiramos, ha sido increíble. Hemos puesto nuestro granito de arena para que la gente pueda conocer más un instrumento que nosotros amamos”.