Consciente de que su intención, además de la de remodelar toda la zona, no iba conseguir ningún apoyo político necesario para construir un nuevo coso taurino para Vitoria, el por entonces alcalde Alfonso Alonso quiso convencer a propios y extraños desde el primer momento de que el nuevo edificio que proyectaba iba a ser también un espacios multiusos. Pero la realidad es que, a día de hoy, el Iradier Arena sigue arrastrando problemas, dificultades e incógnitas. Ahora, el Ayuntamiento de la capital alavesa afronta un nuevo intento de darle la vuelta a la situación. No es el primero, aunque ojalá sea el último. La esperanza, como diría aquél, es lo último que se pierde.

Antes de nada, hay que tener claro algo que, aunque evidente, hay quien olvida: es una plaza de toros. De hecho, un año antes de que las obras estuvieran terminadas, fue ese su primer cometido. En verano de 2006, con lo mínimo ya hecho pero a falta de rematar bastantes cosas –por ejemplo, su techo retractil–, el empeño del Consistorio fue celebrar las primeras corridas, como así fue

Toda vez abierta y a lo largo de los años, se han invertido cientos de miles de euros para intentar arreglar sus ‘pecados originales’

Eso sí, la respuesta del público fue prácticamente la misma que en el viejo coso, es decir, bastante escasa y deficitaria. Esa tónica se mantuvo a lo largo del tiempo –de hecho fue a peor– hasta diez años después, cuando se dejaron de programar corridas. Hoy parece inimaginable que ese uso primigenio vuelva, pero eso no oculta que los pecados originales que se cometieron durante su construcción como plaza de toros sigan presentes.

Primeras corridas de toros en 2006 DNA

Mal comienzo

Sin la respuesta del público esperada a las propuestas taurinas y con el edificio ya terminado, en mayo de 2007 se quiso proceder a su inauguración oficial con el Ayuntamiento de Vitoria empeñado en demostrar que sí era un espacio capaz de acoger todo tipo de espectáculos y que, de hecho, la ciudad ganaba con el coso un lugar para espectáculos de medio y gran formato, pudiendo acoger a miles de espectadores.

La época con más usos continuados fue la de la pandemia, aunque ahora se quiere hacer del espacio un multiusos de verdad

Por eso encargó la contratación de tres conciertos prácticamente seguidos. Fue un desastre. El tercero, el de David Bisbal, se terminó trasladando al Buesa Arena. El segundo, el de Fito & Fitipaldis, dejó en evidencia todas las vergüenzas del sitio. Las internas pero también las externas, sobre todo en el caso de las casas más próximas al coso. El primero, el de Elton John, no solo no se llegó a celebrar, sino que dio para comparecencias especiales en el Consistorio, polémicas políticas varias, y una larga lista de mofas, chistes y chascarrillos.

Fito & Fitipaldis en 2007 DNA

Aquello fue todo un baño de realidad, a pesar de lo cual, se siguió insistiendo en que el Iradier podía ser una oportunidad y no un fracaso. Ya con Patxi Lazcoz como alcalde se encargó el primer estudio serio y riguroso sobre cómo actuar para conseguir el objetivo. Aún así, ya entonces se empezaron a escuchar con fuerza las primeras voces que decían –y siguen manteniendo– que la única solución posible pasa por derribarlo todo. Se encargó a Enrike Ruiz de Gordoa un informe pormenorizado de la situación y de las actuaciones que habría que llevar a cabo, así como de la inversión necesaria. Pero aunque se acabó en tiempo y forma, durante meses se retrasó su presentación pública. Y cuando esto se hizo, sólo sirvió para, poco después, guardar sus páginas en el cajón del olvido.

Mejoras y estudios

Es verdad que se fueron organizando eventos mientras se seguía con las corridas de toros puntuales en torno a La Blanca, pero en realidad no se hizo una primera intervención de calado hasta el cambio de década. La ampliación del Buesa Arena llevó al Baskonia a jugar en el Iradier, pero para que eso fuera posible hubo que llevar a cabo no pocas actuaciones. Y aún así, a día de hoy todavía los aficionados y no pocos de los jugadores a los que les tocó sufrir aquel momento, se acuerdan de aquellos partidos. No para bien.

Un partido de Baskonia en 2011 Efe

Con todo, durante la pasada década, el coso fue sumando actividades de todo tipo, desde ferias de lo más dispar –gastronómicas, textiles, literarias...– a festivales de música, pasando por mítines políticos y demás citas. Propuestas que fueron engrosando también el fantasmagórico anecdotario del lugar, desde actuaciones de monologuistas que no se escuchaban hasta tormentas con el techo sin cerrar. Para el recuerdo queda, por ejemplo, ese concierto de Marea en pleno octubre en el que se abrió la parte de arriba para que la acústica fuera un poco decente y el público terminó tiritando de frío.

Elecciones autonómicas de 2020 Josu Chavarri Erralde

Con todo, el Ayuntamiento siguió en su empeño de consolidar el edificio como multiusos, a pesar de que empeños intensos y apremiantes como el de llevar allí el Festival de Jazz de Vitoria no consiguieran fructificar. Por fortuna, claro. Aún así, encontró también a quien quería aportar para cambiar el rumbo. Se hicieron nuevos informes, siendo uno de los más completos el elaborado por Joseba Cabezas. Otro análisis, eso sí, que duerme el sueño de los justos en un cajón. Igual que el proyecto municipal de reformar, de verdad, el polideportivo de Mendizorroza.

Lo inesperado

Todo hacía presagiar que nada en esta dinámica iba a cambiar hasta que apareció la pandemia. En 2021, de la mano de los promotores y agentes culturales locales, se creó Kultura Bizia y el Iradier acogió una programación continuada y estable de actuaciones. Fue, de hecho, su época de mayor esplendor en este sentido.

Aquellos meses, sin embargo, pusieron en evidencia de manera todavía más clara y evidente que el espacio no está a la altura de lo que pretende ser, y eso que en ese momento se hizo un trabajo a valorar y aplaudir por parte de programadores, técnicos y artistas. Que el espacio no está ni se le espera quedó claro en cuanto las restricciones se dejaron atrás. El Iradier volvió a su vida de antes, es decir, al querer pero...

Segunda edición de Araba Encounter DNA

En esta legislatura, el Ayuntamiento de Vitoria está inmerso en un proceso de estudio y reflexión que ahora pasa por la elaboración de un informe que siente las bases sobre lo que hacer para tener de verdad un multiusos. Habrá que ver cuáles son los próximos pasos.