Gustavo Adolfo Almarcha, un sello inconfundible en Zas Kultur
El espacio de la plaza San Antón acoge desde este jueves ‘Inoportuna’, la nueva exposición del conocido pintor
A estas alturas de la película, ni nadie ni nada va a mover a Gustavo Adolfo Almarcha de sus ideas fijas, ya tengan que ver con la creación artística o con otros aspectos de la vida. Tanto el sello personal como el pictórico son inconfundibles. Queda patente, una vez más, en Inoportuna, la nueva exposición que el artista presenta en la capital alavesa. De hecho, este mismo jueves a las 19.30 horas va a tener lugar la inauguración en Zas Kultur. “Ni de coña hago una visita guiada”, dice serio pero con tono irónico el autor. Quienes asistan a la cita lo podrán comprobar en primera persona. El acceso es gratuito.
Con todo, esta nueva muestra va a estar disponible en el espacio de la plaza San Antón hasta el próximo 7 de junio. Lo cierto es que Zas y Almarcha se conocen bien. Tanto en su anterior sede de la calle Correría como en la actual, sus obras han sido protagonistas. Pasa así ahora, de nuevo con Iñaki Larrimbe en el papel de comisario, como ya hiciera, por ejemplo, en Hard, producción que hace justo diez años se abrió en Montehermoso.
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El cuerpo
En la trayectoria del pintor de Miranda de Ebro hay una constante que casi nunca se rompe. La figura humana está de la manera que sea. En Inoportuna, por supuesto, así sucede. Lo hace a través de dos partes diferentes entre sí, aunque como apunta el propio Larrimbe, entrar en el estudio, y además casa, de Almarcha es hacerlo en un océano lleno en el que es fácil perderse si no se tienen las cosas claras.
Así, más allá de que el escaparate de Zas acoge una serie de bocetos y dibujos, en la parte central de sus instalaciones se pueden ver, por un lado, una serie de óleos en los que se presentan obras “con un tono más triste, incluso duras”. Frente a ello se recogen parejas de acrílicos en los que prima el juego de color a partir de una figura humana que se repite una y otra vez.
“Es un ejercicio de repetición que comencé a partir de decirme a mí mismo: ¿y por qué no?”, explica el autor residente en la capital alavesa. De todas formas, ya sea en una parte o en otra, “el cuerpo es el eje” de todo, como subraya Larrimbe, más allá de que aparezcan elementos no tan habituales en las pinturas de Almarcha. “¿Que pinté un gallo? Es verdad, no me acordaba”.
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Los retos
Reconoce Larrimbe que la selección de obra para realizar esta muestra “ha sido bastante complicada”. Pero el resultado está ya a la vista del público, de quienes a lo largo de las próximas semanas acudan a Zas Kultur, donde se siguen dando los últimos retoques a todo.
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No es un decir. Hasta la colocación de algún cuadro puede tener su aquel. O la rúbrica inexistente en alguna pieza. “¡Qué pereza firmar!”, dice el autor, también empeñado en reclamar presencias entre los medios de comunicación. Es su sello inconfundible.