En este caso, el Satisfyer jugó una pequeña mala pasada. Así se cuenta en el primer relato de A pecho descubierto, el segundo libro de Gurutze Sagasti. Para conocer más detalles de esta y de otras de las historias que componen la publicación, solo hay que dejarse llevar entre sus páginas. También se puede acudir este viernes a Mara-mara, no solo porque en la librería de la calle San Francisco se van a vender los 100 ejemplares disponibles, sino porque aquí, en este espacio de la capital alavesa, va a tener lugar la presentación de la obra.
En concreto, va a ser a las 18.00 horas cuando la autora se encuentre con el público. Siguiendo el camino de su debut literario, cada libro se puede conseguir por 8 euros. Eso sí, se vendan todos o no, la creadora ya ha destinado todo lo que podría llegar a obtener a un fin solidario, igual que hizo con Mirar a los ojos, sonrisas y abrazos, es vivir apasionadamente.
La autora ya ha destinado, sin vender todavía ni un ejemplar, todo lo que podría llegar a obtener con la publicación a un fin solidario
Esta vez, el importe íntegro ha sido ya donado a El Refugio de María, situado en Sueca (Valencia), donde Sagasti estuvo el pasado diciembre para sumar su grano de arena tras el paso de la DANA. Habrá que ver si el público responde a A pecho descubierto como lo hizo con la anterior referencia de la autora, que agotó todos sus ejemplares en solo 12 días laborables.
“En todos los sentidos”
Más allá de esta cuestión, tras la significativa portada diseñada por Anne Baskaran y un clarificador prólogo que es recomendable leer antes de afrontar los 22 relatos del libro, en esta segunda publicación Sagasti reconoce que “me mojo en todos los sentidos”.
Vivencias y reflexiones actuales se encuentran en la base de los 22 escritos que conforman esta nueva propuesta de la escritora
Tras la mirada al ayer que supuso su primer libro –que se publicó hace justo un año, aunque ella lleva escribiendo desde la adolescencia–, en este caso es el presente el que se convierte en el sustrato de los relatos que se van sucediendo. Desde lo íntimo hasta lo social, desde lo personal a lo político, desde la vulnerabilidad hasta la sexualidad... casi de todo encuentra referencia en unas páginas que hablan de amar, viajar, desear... y, en definitiva, de sentir, con todo lo que conlleva.
“Escribir me evita tomar lorazepam”, dice con una sonrisa la autora. “Con este libro busco que la gente se lo pase bien”, apunta, y eso que “estoy encabronada” con muchas cosas, como queda reflejado en sus relatos. Para empezar con un mundo que parece empeñado en destruirse. “Me doy cuenta de que según va pasando el tiempo soy más vulnerable, sobre todo a aspectos de injusticia social, a las guerras… Tengo que cuidarme mucho la salud mental” ante la frustración de no poder ayudar todo lo que quisiera.
También dice que se la tiene jurada al destino. Después de 29 años, como así lo cuenta en el libro, el amor ha vuelto a despertarse dentro de ella. Pero “no puede ser”. No es lo único que ha vuelto a aparecer. “Tengo ganas de relaciones sexuales”.
Desde el feminismo y las referencias a El segundo sexo de Simone de Beauvoir al sentimiento de soledad, son diferentes los caminos que sigue un A pecho descubierto que también habla de una mujer que tiene una edad “en el DNI” que no se corresponde con la de su espíritu. Pero que aquí está, “con mis tetas al aire”. La portada del libro da fe de ello.