Una novela negra que discurre entre las paredes de una prisión de mujeres. Pero no solo eso. Es la propuesta que hace al público Vanesa de la Puente Blanco en las páginas de Tres barrotes y una Luna (Nimbo). Todo ello partiendo de un momento clave, la entrada en presidio de María, una ex inspectora de policía que poco antes de jubilarse se ve en una situación, cuando menos, complicada: es una asesina confesa. Claro que, como apunta la autora nacida en la capital alavesa, “no todo el mundo que está en la cárcel es mala persona”. Eso también se plantea en esta historia.

“Soy muy lectora y como escritora me parece que la finalidad de leer es entretenerse, sobre todo cuando estamos hablando de una novela negra. Pero sí que es verdad que me gusta mucho jugar con los personajes, las emociones y los sentimientos. Quiero que el lector empatice con cada uno de los personajes, que se ponga en su piel y entienda cómo se siente”, describe la creadora. Para ello, de manera fundamental, presenta la vidas de unas mujeres muy diferentes, con pasados muy distintos pero que coinciden en el mismo momento y lugar, en la prisión. 

Ella no iba a estar

De la importancia y el papel que Vanesa de la Puente Blanco le da a sus personajes habla a las claras un hecho: la protagonista de la historia, que viene de otro libro anterior, ni siquiera iba a aparecer en ella. “La novela nació de una manera pero ella sola fue cogiendo su ritmo y su camino. Hay veces que cuando estoy escribiendo tengo la sensación de que solo transcribo, que son los personajes los que me mandan”. 

“Cuando estoy escribiendo tengo la sensación de que a veces, solo transcribo, que son los personajes los que me mandan”

A fin y al cabo, quienes aparecen en Tres barrotes y una Luna “son mujeres con carácter y es complicado controlarlas”. Pero hay que hacerlo, porque, de una manera u otra, su presente está relacionado con una espiral de muertes relacionadas con la nueva vida de la ex inspectora.

La autora gasteiztarra con un ejemplar de su nuevo libro. Pilar Barco

La acción transcurre en un tiempo determinado y se ubica entre Ourense y León. Todo arranca con la ex inspectora en prisión por un delito que ha cometido. Eso sí, para comprender la referencia que desde el título del libro se hace a la luna no hay más remedio que leer la novela. Las pistas sobre la historia terminan aquí. El resto queda en manos del público.

A partir de un artículo

La mecha para empezar a escribir este nuevo título dentro de la trayectoria de la autora gasteiztarra se encuentra en un artículo de prensa. Se trataba de un reportaje que hacía referencia a una prisión de mujeres ubicada en Sudamérica. “Hablaba de diferentes realidades y de todo tipo de mujeres que se encontraban en unas condiciones, obviamente, muy distintas a las de las cárceles de aquí”

Sobre la mesa, la creadora tiene ya los principios de su próximo proyecto, una historia relacionada con la violencia de género

En la lectura, apareció una frase que impactó a la creadora. “Decía que las cárceles de mujeres están llenas de mujeres buenas con muy mala suerte. Tu creces pensando que la gente que está en la cárcel es mala. Pero cuando te pones a leer estos testimonios te das cuenta de que no es así, que no son malas personas, sino personas que han cometido un delito”. Ahí comenzó el trabajo de creación que pasó, también, por hablar con familiares de personas presas y con trabajadores de prisiones.

“Escribir sobre la cárcel no ha sido fácil pero sí muy divertido. Da mucho juego. Tú coges al personaje y lo encierras, no se mueve de ocho metros cuadrados. Además, estas son mujeres con un carácter muy fuerte. Han tomado las riendas de la novela. Tanto que he tenido alguna que otra discusión con ellas”, sonríe la escritora, al tiempo que reconoce que “siempre tengo mi esquema y mis ideas, pero me llevo mucho la contraria cuando escribo”. 

De hecho, mientras su última referencia sigue dando pasos entre el público, ella ya tiene en mente un próximo proyecto. Tiempo habrá de saber si se concreta en algo definitivo, pero “sobre la mesa hay letras escritas” que “no sé si llegarán a ser o no una novela”. De convertirse en libro será, según dice, sobre violencia machista.