“La primera beneficiada por este libro soy yo. Meterme en el mundo, la vida y la trayectoria de otros creadores, además de distintas disciplinas y estilos, me ha aportado muchísimo”, apunta la pintora Dorleta Ortiz de Elguea. Llega ahora el momento de que esa ganancia sea compartida con el público, con todas aquellas personas que se asomen a las páginas de Estampas y palabras. 21 artistas vascos contemporáneos (Betagarri Liburuak). Es la primera entrega de un proyecto que tendrá próximas continuaciones. Queda mucho por contar.
De momento, eso sí, toca dar el primer paso. Uno, además, que no estaba en los planes. Tras la publicación de la obra de ficción Un cadáver delicioso y la realización de textos para otros artistas e instituciones, la autora quería volver a la escritura. Eso se unió a su pasión por el arte. Así que decidió unir ambas cuestiones en una senda cuyos frutos iniciales fueron encontrando eco en las redes sociales. Eso hasta que apareció la editorial alavesa y el proyecto del libro se hizo presente.
La publicación, que llega de la mano de la editorial alavesa Betagarri Liburuak, se presentará el próximo jueves 11 en Zas Kultur
El resultado final se va a presentar de manera oficial este próximo jueves 11 en Zas Kultur. Allí, a partir de las 19.30 horas, se pondrá de largo la publicación, también contando con la presencia de Isabel Valencia, que leerá los inicios de cada capítulo. Además, está previsto que ya en otoño se produzca un nuevo encuentro con el público, esta vez en el Museo de Bellas Artes de Álava en el marco de las actividades que organiza su asociación de amigos (AMBA).
“Casi un relato”
Serán oportunidades para acercarse de primera mano a este recorrido por 21 creadores que son o viven en el País Vasco, una mirada que se traduce en otros tantos artículos. “He intentado hacer algo en plan literario, casi un relato para que la gente que igual no está muy iniciada en temas artísticos pueda encontrarse cómoda leyendo”.
Así, a lo largo de la publicación se habla de Juan Pablo Álvarez Merino, Amable Arias, Rita Díaz de Olano, Simónides, Joaquín Lara, Mintxo Cemillán, Txaro Arrazola, Myriam de Miguel, Gert Voor In’t Holt y Detritus. También hay un acercamiento a Koko Rico, Iñaki Larrimbe, Anabel Quincoces, Ibon Sáenz de Olazagoitia, Javier Hernández Landazábal, Menox e Iban Arroniz. A ellos se suman Oihana Gómez de Segura, Paoletta Balmelli, Juan Andrés Arias Rueda (Okre) y Jesús Ramírez Otálvaro, sin olvidar el guiño que se hace a la figura de Juncal Ballestín.
Sin plazos fijados, la creadora tiene toda la intención de seguir desarrollando el proyecto con nuevos nombres
En cada artículo se relatan los primeros recuerdos de relación con el arte en la época de la infancia de estas personas. A partir de ahí se va recorriendo su trayectoria creativa y se incluyen impresiones de Ortiz de Elguea sobre sus respectivas prácticas. Cada capítulo se abre con una fotografía del protagonista y se incluye imagen de su obra, algo para lo que ha sido importante el aporte de Joaquín Lara. Además, el libro cuenta con un prólogo de Daniel Castillejo y Félix Maraña, e incluye un índice onomástico porque a lo largo de estas páginas salen mencionados muchos más artistas.
La pasión por el arte
Aunque las 21 personas protagonistas son de diferentes generaciones, trabajan en campos distintos y tienes estilos muy diversos, Ortiz de Elguea sí detecta un punto en común que atraviesa a todos estos nombres. “Todos tienen la pasión del arte, la necesitan trabajar en el arte, es una pulsión vital”. A ella le sucede igual.
La creadora, que ahora está centrada en pintar ante una próxima exposición que tiene en la agenda, describe que el trabajo con estas 21 personas ha sido “desde la empatía”. “Todo el mundo ha entrado en el juego con naturalidad. Es gente maja, cercana que, eso sí, no se da mucha importancia a pesar de todo su trabajo”. Este libro también es una forma de ponerles en valor.
Por supuesto, es solo un inicio. Ortiz de Elguea tiene ganas e interés por seguir sumando nombres al listado, artistas tanto de Álava como de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra con los que seguir escribiendo el arte vasco actual.