Han pasado nueve años desde que L7 estuvo por primera vez en Mendizabala. Donita Sparks había vuelto a juntar a la banda y, todo hay que decirlo, en el recinto aquella vez había mucho escepticismo sobre qué podía hacer un grupo que llevaba casi tres lustros en el limbo. Pero ellas disiparon todas las dudas desde el primer segundo y a día de hoy, todavía buena parte de la familia azkenera recuerda aquella noche. Al mismo espacio, aunque al escenario grande, han vuelto hoy en la segunda jornada del ARF 2024. Lo han hecho para recordar uno de sus discos de referencia, Bricks are heavy que con la tontería tiene ya 32 años, que se dice pronto.

Público en el concierto de L7 Alex Larretxi

Ha llovido lo suyo –aunque decir esto en el Azkena de este año puede ser como mencionar a Bitelchús– desde aquello. No solo para las canciones y sus intérpretes, sino también para la escena musical en general. Porque ellas fueron de las que, a pesar de todo lo que se diga, estuvieron en la sombra para gran parte de la industria del momento por el hecho de que en el escenario había mujeres. Tampoco es que en este 2024 estén las cosas como para echar cohetes, pero por lo menos algunas cosas han cambiado. Y lo que queda. Porque tampoco es bueno hacerse trampas al solitario por mucho que algunos insistan.

Sin respiro 

A Sparks, de todas formas, nunca le han parado esos muros. Es más, ella ha hecho militancia pública y notoria contra ellos. Lo sigue haciendo. Con todo, es verdad que desde la vuelta en 2015 de L7, la banda sí ha conseguido obtener el reconocimiento, por lo menos en parte, que en otros tiempos no tan lejanos se le negó de manera sistemática

Puede que pasen los años y todo lo que se quiera, pero Sparks y las suyas son energía pura. Sobre todo, y sin desmerecer su trabajo en el estudio, cuando están sobre un escenario y sienten el calor de la gente. Además, en un festival como el Azkena, el grupo parece que se siente todavía más cómodo y desbocado. Así que, sin tiempo para que el personal se tomase ni un respiro, su nuevo paso por la capital alavesa ha sido un golpe tras otro hasta la victoria final.

L7 en Mendizabala Alex Larretxi

Ante un público muy numeroso –pero mucho ya cuando la tarde ha empezado en realidad a ser la noche–, la formación de Los Ángeles ha descargado un sonido potente y directo, haciendo que canciones que tienen tres decenios hayan sonado como si hubiesen sido compuestas hace tres días. Es el valor que tiene lo bien hecho.