Su demanda en países como China está ocasionando no pocos problemas. Atender tanta demanda se ha convertido en misión casi imposible. No es una excepción ni una novedad. Lo que sucede con el pepino de mar –“yo lo llamo dragón blando”, apunta el artista Mikel Otxoteko– es aplicable a otros casos. Esa situación actual, vista desde la mirada de la creación, es la que sustenta El plano de fondo, exposición que hasta el 26 de mayo se adueña del antiguo Depósito de Aguas.

Mikel Otxoteko Pilar Barco

No es la primera vez, ni será la última, que este espacio tan singular de Montehermoso se sumerge en muestras donde el agua es un elemento esencial. En esta ocasión, Otxoteko se sirve del audiovisual, la escultura y la instalación para, desde su propia memoria familiar, unir diferentes puntos del mapa y distintos lenguajes, con la intención de plantear no pocos debates sobre el propio comportamiento del ser humano con respecto a lo que le rodea.

Reflexiones

“Hay reflexiones veladas, distintas capas de lectura”, apunta el autor sobre un montaje que pivota en torno a cuatro vídeos de unos 15 minutos cada uno, que sirven como eje de todo el conjunto. En ellos, Otxoteko se sirve de las grabaciones que su madre realizó en las islas de Saint-Pierre et Miquelon, al sur de Terranova, cuando el bacalao era el foco de atención. También usa sus propios rodajes en el Caribe y los que, terceras personas, han llevado a cabo para él desde Hong Kong. 

Con estos elementos, se ponen sobre la mesa cuestiones como la soberanía alimentaria de poblaciones insulares, las ciencias de la biología aliadas a la aniquilación de los ecosistemas, la sobreexplotación de recursos naturales limitados… Así se plantea en una exposición que es producto de la última edición de la convocatoria de apoyo a proyectos artísticos que hace el área de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria.