Acudir al teatro, sentarse en la butaca y esperar a recibir lo que en el escenario ocurra. Es la dinámica habitual, aunque a lo largo de sus 48 ediciones, el Festival Internacional de Teatro de Gasteiz ha vivido propuestas de lo más diverso en este sentido. Hoy y mañana suma una nueva referencia más a este singular listado de la mano de Los números imaginarios. En este caso, el punto de encuentro con los espectadores va a ser el Félix Petite (centro cívico Ibaiondo), donde se va a poder compartir La vida es sueño (auto sacramental) de Calderón de la Barca.
Ambos días, la cita con el público será a las 19.30 horas, quedando todavía algunos pases libres. A los asistentes –hay un aforo máximo de cien personas– se les va a invitar a tumbarse sobre las tablas “para que se conviertan en el centro de la experiencia”, según explican los responsables de la producción. A través de auriculares, “escucharán en directo el auto sacramental pero directamente en sus oídos, en un relato íntimo, casi susurrado, convirtiendo a cada espectador en el hombre, centro del auto sacramental, independientemente de su edad, género e ideología”.
Así, “proponemos un auto sacramental sin sacramento, sin la necesidad del dogma de fe pero sí de la experiencia compartida, de promover la participación de una comunidad en un evento luminoso, vívido, físico y emocional; todo lo que hizo del género uno de los más populares de la época”, describen. “Compartir el sueño, como el pan, es una apuesta por la convivencia más allá de la ideología y del credo, es reconocernos como individuos esenciales que necesitan del otro para completarse”. l