En este 2023 se cumplen diez años desde que The Limboos se puso en marcha, un aniversario que le pilla al grupo ultimando el lanzamiento de su nuevo disco, un álbum en el que la banda volverá a buscar nuevos caminos por los que transitar. Eso a pesar de que su última referencia, Baia, no hizo otra cosa que dar buenas noticias. Con un avance de lo próximo y un repaso a lo anterior, la formación acude este sábado a Hell Dorado para compartir cartel con TT Syndicate en lo que será el gran concierto central de la nueva edición del Midnight Boogie Weekend. Cabe recordar que el festival arrancará el jueves con la proyección de Talk to me y seguirá el viernes con la actuación en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba) de Beat Bronco Organ Trio y Magnolia. El broche se pondrá el sábado en las tablas de la calle Venta de la Estrella.
Han pasado casi diez años de su primera visita a Hell Dorado, que fue al poco de formarse el grupo.
–Es un lugar referente. Hemos estado unas cuantas veces, aunque de la última hace ya un tiempo. De hecho, de la última visita a Vitoria han pasado unos años. También con la pandemia de por medio...
Se anuncia nuevo disco –esta misma semana se publica el adelanto ‘The Guest’– y con él un cambio de propuesta.
–Siempre hemos tenido ese culo inquieto de, dentro de lo que cabe, no quedarnos en una fórmula o de tirar siempre de los referentes que nos encantan y copiarles. Es algo que ha sido una constante en los tres primeros discos, que ahora vemos como componentes de un ciclo que ya está cerrado. El nuevo trabajo nos sirve para abrir otro. Tiene poco que ver con lo de antes. Sí que la gente que lo ha podido escuchar nos dice que hay un cambio pero que seguimos siendo nosotros. Parece que tampoco nos hemos vuelto superlocos. Pero bueno, sí que hay una apertura de sonido, de espectro, de referencias, incluso.
Para ir hacia...
–Pues por ejemplo nos hemos acercado a cosas de finales de los 60 y principios de los 70 relacionadas con bandas sonoras de ese cine italiano de aquella época. Algo un poco loco. Eso se ha mezclado con otras cuestiones que ya traíamos. También con otros referentes como Scott Walker o incluso el Bowie más experimental. Todo eso ha ido calando en las canciones. Con pandemia de por medio, estamos ya deseosos de que salga.
De hecho, este miércoles se publica un adelanto con sorpresa.
–La novedad es que el tema va a tener a Daniela Kennedy, a nuestra batería, como cantante. Es nuestro as en la manga (risas). Es otra muestra de que no queremos quedarnos en lo que estábamos haciendo.
Pero con lo bien que funcionó ‘Baia’, alguien podría pensar que lo más sencillo era no alejarse mucho de eso.
–Sí, sí, nos funcionó muy bien y entiendo lo que dices. De hecho, creo que en Baia está un poco el germen de lo que estamos haciendo ahora. Ahí ya se veía que queríamos explorar un poco más allá, lo que igual no estaba tan claro era cómo hacerlo. En cierta medida, el periodo de parón de la pandemia nos ha permitido buscar y encontrar ese camino. Lo mejor es que después de este disco nos han quedado muchas ideas en la recámara que queremos seguir aprovechando. Ahora, salvo el concierto de Vitoria, vamos a estar en un periodo de parón hasta que se publique el álbum, que será seguramente en febrero. La idea es empezar en marzo gira. Pero hasta entonces, nos gustaría seguir trabajando esas ideas en el local, pensando en un siguiente disco que salga con menos tiempo de espera. Es que de Baia han pasado ya cuatro años.
Ese tiempo viene motivado también por la pandemia. ¿A una banda como esta, que es carne de directo, cómo le ha sentado este paréntesis?
–Visto en perspectiva, ha sido duro. En el momento, te vas adaptando y haciendo lo que puedes. Sí que el reenganchar nos está costando todavía. Ha sido un periodo extraño, también porque la agencia que nos llevaba antes se disolvió. Hubo que encontrar una nueva... bueno, que tuvimos un poco de pitote logístico que también influyó. Esta primavera y este verano hemos tocado más, y hemos sentido esa sensación de volver al ruedo, por así decirlo. Con el disco nuevo esperamos empezar fuerte confiando, claro, en que a la gente le guste.
Esa es otra.
–No puedes estar pensando todo el rato en lo que va a opinar la gente a la hora de hacer música. Si no haces la música que te pide el cuerpo, siempre vas a estar a medio gas. Nosotros a nivel artístico tenemos una inquietud y tenemos que desarrollarla. Es verdad que con el disco que está por venir yo siento, igual, algo más de factor riesgo. Tal vez haya gente más pureta a la que le vaya a chocar algo más. Pero bueno. De momento, la gente, cuando hemos tocado algo de lo nuevo en directo, se sorprende pero te dice que mola la evolución. Nos lo comentó también Igu Allnighter, que es quien nos lleva a Vitoria. Tenemos muchas ganas de que salga ya. Ya te digo además que la gente nos va a reconocer, siguen estando Roi y su manera de tocar la guitarra, los ritmos de Daniela... El espíritu del grupo está ahí. Es no estancarse, que es algo que han hecho muchos de los artistas que admiramos. Empezando por los propios Beatles...
Con la tontería, el grupo está cumpliendo diez años y haciéndose un nombre.
–Miras hacia atrás y te das cuenta de todo lo que has tocado, de que has sacado tres discos, de que has ido creciendo como banda... y es importante. Por un lado, sientes cierta incredulidad, porque, de repente, piensas: ¡lo hemos hecho! Es lo que sueñas cuando eres chaval, tener un grupo de música y dedicarte a ello, girar y disfrutar de ello. Por otro, sigues viviendo con mucha incertidumbre porque este mundillo es lo que es. No es fácil muchas veces seguir apostando, sobre todo con una pandemia de por medio. Pero nosotros sentimos que mientras el grupo, a nivel musical, siga teniendo algo que decir, ahí estaremos.