La parroquia de San Esteban de la localidad alavesa de Zurbano abrió ayer al mediodía sus puertas para dar a conocer la nueva cara de su retablo mayor, de gran importancia artística y único en todo el territorio, según recordaron desde el Obispado de Vitoria y la Diputación Foral de Álava.
Es en el marco de colaboración de ambas entidades para la conservación y restauración del patrimonio cultural de la Diócesis en el que hay que situar los trabajos realizados el año pasado y buena parte de este.
La intervención se ha llevado a cabo bajo la dirección técnica del Servicio Foral de Restauración con una inversión de 68.219,80 euros entre ambas instituciones. Se trata de un retablo romanista de grandes dimensiones, 11 metros de alto por 8,50 metros de ancho. El retablo de san Esteban de Zurbano está realizado por el taller de Pedro de Ayala en la primera mitad del siglo XVII, y dorado y policromado unos años después.
Se trata de un retablo ochavado, que se adapta perfectamente al ábside de la iglesia, realizado en madera policromada y dorada, en el que destaca la calidad artística del sagrario. Este sagrario-tabernáculo monumental consta de 18 relieves y 30 esculturas y según los historiadores es el sagrario con el mayor número de tallas y uno de los más bellos del bajo renacimiento existente en la Diócesis.
Problemas detectados
Las principales alteraciones que tenía el retablo eran la oxidación de los barnices antiguos, los repintes y numerosos retoques de purpurina que impedían apreciar la calidad cromática. Además, el soporte de madera presentaba un debilitamiento puntual, causado por un ataque de insectos xilófagos que fue tratado en su momento, desencolado de piezas y pérdidas de volumen motivadas por roturas.
También se han encontrado alguna zona quemada por la proximidad de las velas y la oxidación de elementos metálicos. La zona de la predela presentaba levantamientos puntuales del estrato pictórico.
Para conocer la composición y la técnica se han realizado diversos análisis de capas pictóricas, barnices e identificación de maderas que han ayudado a conocer los materiales empleados. Así se han identificado diferentes tipos de madera en la construcción, como roble, nogal y peral.
En cuanto a los pigmentos, predominan el azul y verde de cobre, bermellón y laca rojo. En cuanto a la técnica, el policromador empleó el óleo para las carnaciones y el temple para los ropajes que fueron cubiertos con posterioridad con una resina natural. Finalmente hay que destacar la pureza de la lámina de oro aplicada, con una aleación del 96% de este metal y un 6% de plata. El tratamiento de conservación y restauración ha sido realizado por la empresa Croma.