Fue el centro de la capital alavesa el que durante los primeros años copó la atención, pero desde hace ya unas ediciones, el Certamen de Pintura al Aire Libre de Vitoria lleva a los artistas por distintos puntos de la capital alavesa para retar a los participantes a encontrar la inspiración. En este 2023 esa musa ha sido Zaramaga, que hoy se ha llenado desde primeras horas de decenas de creadores dispuestos a captar en sus lienzos momentos y entornos.

Son infinitas las historias que guarda en su particular memoria una zona fundamental para entender el pasado reciente de Gasteiz. Imposibles de atrapar en un cuadro. Con todo, quienes este año han acudido a la llamada del concurso organizado por el Ayuntamiento de Vitoria lo hicieron bajo el mismo lema, Zaramaga: 60 años de vida de un barrio obrero.

Todo un reto para quienes han optado a los distintos premios (el primero, dotado con 1.600 euros y el segundo con 1.400, sin olvidar los dos galardones de 1.200 y 1.000 euros respectivamente a las mejores obras de artistas que tiene su residencia habitual en Álava).

La décimo séptima edición del certamen ha arrancado a las 09.00 horas, en la jaima que la organización ha tenido en torno la plaza Zuberoa, delante del centro cívico Iparralde. Ahí se ha dado el pistoletazo de salida a un concurso en el que la técnica es libre, con la condición de que las piezas deben ser creadas en el lugar delimitado y que las obras deben tener unas medidas mínimas de 50 por 35 centímetros y máximas de 130 por 97 centímetros.

José Miguel Arranz De Juan ha resultado ganador de esta edición y de los 1.600 euros del premio principal con su obra Avenida Reyes de Navarra. El segundo premio ha recaído en El cementerio, de Carlos Espiga Alonso. Sombras del interior, de Jorge López Marrón, ha resultado por su parte ganador del primer premio para residentes en la ciudad, dotado con 1.200 euros.