Será el viernes a las 18.00 horas en el escenario Love, justo a la entrada del recinto de Mendizabala. Pasadena subirá al escenario de la nueva edición del Azkena Rock Festival. Será el broche a esta primera etapa de la formación antes de que Libe García de Cortázar y Jon Basaguren vuelvan a centrarse en sus respectivas propuestas, Libe e Izaki Gardenak.
Hace más de seis meses que se anunció su presencia en el Azkena Rock Festival. ¿Deseando que llegue ya?
L.G.C.: Pasa con estas fechas que tienes con muchísima antelación, que al principio te entra mucho subidón y luego, según va pasando el tiempo, te vas desinflando. Hace mucha ilusión y es un concierto importante, sobre todo porque puede tener una repercusión grande ya que habrá público que, evidentemente, nunca nos ha visto. Pero también estamos ya con ganas de que llegue de una vez.
–J.B.: La verdad es que en estos meses hemos estado tocando bastante con el EP que salió en diciembre, Izpia. Así que llegamos rodados, con las canciones presentadas en varios sitios y estamos como: venga, otro concierto. Claro que estamos con ganas pero como con cualquier otro concierto. También vamos con ganas a Abadiño, por ejemplo. Creo que es más lo que se genera alrededor que lo que es en sí lo que vayamos a hacer nosotros o lo que nos vaya a suponer. Pero sí es verdad que te empieza a hablar la gente según se acerca la fecha y te vas poniendo nervioso (risas).
“Es verdad que te empieza a hablar la gente según se acerca la fecha del Azkena Rock Festival y te vas poniendo nervioso”
¿Cómo tienen planteado el concierto?
–J.B.: Van a ser unos 50 minutos y quitando dos o tres canciones, nos va a dar tiempo a hacer casi el mismo repertorio que estamos haciendo en el resto de conciertos.
La actuación es el viernes, lo que significa que el jueves hay que cuidarse...
–L.G.C.: Sí, sí, hay que ir tranquilos y descansados. El viernes va a ser un día potente. No es solo el concierto, es también todo el previo. Y están los nervios. A mí personalmente me genera mucho nervios una jornada como esa. Así que hay que estar tranquilos y procurar hacer todo con tiempo para poder disfrutarlo bien. Además, luego nos queremos quedar a ver Incubus y a disfrutar del resto de conciertos. Así que el jueves, iremos a ver alguna actuación pero con la mente en lo que nos toca.
Vamos, que el sábado de desfase...
–L.G.C.: Bueno... (risas).
–J.B.: Estamos últimamente un poco de aquella manera.
¿La edad?
–L.G.C.: A mí me dicen hace diez años de tocar en el Azkena y seguramente ahora mismo estaría mucho más nerviosa. Pero estamos más...
–J.B.: Serenos.
–L.G.C.: Y tranquilos. No es que seamos monjas de clausura, si no que disfrutamos de las cosas pero de otra manera.
Más allá de la anécdota, ¿qué tiene que pasar, qué debe suceder para que acaben el concierto satisfechos sabiendo que en un festival hay gente muy diversa?
–J.B.: Es a las seis de la tarde en el escenario de la entrada, así que irá pasando mucha gente por allí. Algunas personas se quedarán y otras seguirán camino. Lo que nosotros tenemos que hacer es tocar como sabemos.
–L.G.C.: Estaría bien que ya que estamos en un sitio de paso, por decirlo así, el sonido de Pasadena le pueda atraer a gente que no nos ha escuchado nunca. Casi prefiero eso que estar a esa hora en una esquina, porque la gente se tiene que acercar a verte. No sé, cada escenario tiene sus puntos positivos y hay que saber jugar con ellos. A los dos nos ha pasado más de una vez en el Azkena, de entrar y quedarnos a ver quién estaba tocando ahí porque el sonido nos estaba diciendo algo.
–J.B.: Yo, por ejemplo, soy muy de cerrar los ojos cuando estoy sobre el escenario. Intento abstraerme en todos los conciertos, haya mucho público o poco, esté la gente atenta o no. Igual a la quinta o la sexta canción empiezo a abrir un poco los ojos y a mirar cómo está la gente y tal (risas).
–L.G.C.: A mí eso me pasa también por el tema del repertorio. La nuestra es una música íntima, que sale de tu interior, e igual un festival puede parecer que no es el sitio más adecuado para conseguir una atmósfera o un ambiente al que debería llevarte este tipo de canciones, ritmos y sonidos. Hace poco estuvimos en Tolosa. Era una actuación en una fiesta de cerveza. Es verdad que te cuesta igual un poco más conectar con el sitio, además a plena luz del día. No estamos acostumbrados a eso. Pero bueno, también nos adaptamos a todo.
–J.B.: Estuvimos, por ejemplo, en el EHZ. Al final, te haces a los sitios. Igual que en el Ibilaldia a las cuatro de la tarde.
–L.G.C.: Eso es, te haces, aunque no es lo mismo salir a bailar y con ritmos al doble. En ese aspecto, en mi caso, sí que este concierto tiene un punto de dificultad. Aún así, sabemos que lo vamos a disfrutar.
Habrá mucha gente de fuera, también medios de comunicación. ¿Al concierto no se le tiene que pedir nada o debe ser una oportunidad para llegar a ese público de fuera de Euskal Herria?
–L.G.C.: Siempre está guay gustar o dejar un buen sabor de boca a quien no te conoce. Pero no estamos pensando en eso.
–J.B.: No estamos muy de estrategias últimamente. No estamos pensando en que hacemos este concierto y así nos ve gente de aquí o de allá, o que nos pueda abrir puertas a determinados ámbitos.
–L.G.C.: Tampoco hemos ido a Madrid, por ejemplo, a hacer una promoción o no hemos intentado cerrar un concierto en Barcelona, como sí hemos intentado con otros proyectos. Con Pasadena no lo hemos buscado. Claro, si llega, estaría muy bien, pero no es algo que tengamos en mente. Además, con Pasadena estamos ya llegando a un momento de fin de ciclo. Estamos en la traca final.
“Con Pasadena estamos ya llegando a un momento de fin de ciclo. Estamos en la traca final para volver a nuestros proyectos”
Son el único grupo de Álava de este año.
–J.B.: ¿Sí?
–L.G.C.: No habíamos caído.
Habrán pasado lista entre amigos y gentes cercanas...
–L.G.C.: Para eso está genial el concierto, la verdad. Así podemos reunir a todo el mundo cercano en casa, que hace seis meses que no tocamos aquí.
–J.B.: También te digo que la mayoría de los colegas irían al Azkena aunque no tocásemos nosotros (risas). Nos verán arriba un rato y luego estaremos con ellos.
¿Para verano alguna fecha más de Pasadena o...?
–J.B.: Nada. Estamos cerrando igual alguna cosa para septiembre.
La última referencia, ‘Izpia’, salió el pasado noviembre. ¿Satisfechos con el recorrido que ha tenido este EP?
–J.B.: Sí. Hemos seguido tocando y esos cuatro temas nos han venido genial para redondear el repertorio, que era el objetivo con el EP, además de poder grabar con la banda con la que vamos en directo. La verdad es que estos meses hemos estado tocando muy a gusto. Hemos tocado lo que queríamos y ha salido todo muy bien.
–L.G.C.: Han sido actuaciones muy interesantes, con mucha presencia de público y la gente conectando mucho con las canciones. La verdad es que hemos tenido conciertos en los que se ha generado una energía muy buena y nosotros también nos alimentamos de eso.
De todas formas, cuando salió el EP sí que describían estas cuatro nuevas canciones como algo más oscuras y tenían dudas sobre cómo iban a ser recibidas.
–L.G.C.: En Abadiño se nos acercó una chica y nos dijo que las canciones más oscuras y que para mí son las más complicadas para conectar, eran las que más le gustaban. Eso me llamó especialmente la atención. Tú te haces tu composición de lugar sobre cómo va a ser recibido un tema y resulta que luego la gente te sorprende.
Hablaban antes de fin de ciclo con Pasadena. ¿Pensado ya en recuperar los proyectos de cada uno?
–L.G.C.: Pasadena va a parar y nosotros también necesitamos un poco de vacaciones. Pero yo, por ejemplo, estoy ya componiendo para sacar el tercer disco de Libe. Tengo planteada fecha para grabar y todo.
–J.B.: Yo voy a parar para ver si me viene la inspiración (risas). Sí me gustaría sacar algo nuevo de Izaki Gardenak alguna vez, así que me tengo que poner a ello.
¿Todo se alimenta o hay que saber diferenciar Izaki Gardenak, Libe y Pasadena?
–J.B.: Hay que saber diferenciar, pero a mí Pasadena me ha dado ganas de seguir. Me refiero a que estaba en un punto en el que no sabía qué hacer con Izaki Gardenak porque no me motivaba ponerme a hacer canciones. Me salía siempre lo mismo. Sin embargo, después de Pasadena y de que hemos hecho Libe y yo canciones juntos, estoy en otro momento. He aprendido muchas cosas y estoy con ganas de coger la guitarra para ver qué me sale.
–L.G.C.: A mí también me ha dado esas ganas de volver a lo propio y disfrutarlo.
“Haz lo que quieras hacer desde el principio. Es difícil, sí, pero nadie mejor que tú va a defender lo que haces en la música”
Ninguno de los tres proyectos responde a lo que está hoy de moda en la escena, ni siquiera en la de Euskal Herria...
–J.B.: ¡Ojo con lo nuevo de Libe! (risas).
Si le da por el trap en euskera...
–L.G.C.: (Risas) No me veo.
Dicho lo cual, ¿a veces tienen la sensación de tener que remar contra la corriente?
–J.B.: Es verdad que puede que no esté en la primera línea, pero también que luego la gente va a los conciertos. Puede que el rock no sea lo que está en boga pero, insisto, el público sigue acudiendo a los conciertos. Y Talde Gune, donde nosotros tenemos el local de ensayo, está lleno de bandas y se oyen guitarras. Tiene que haber modas, pero en el fondo, debajo del iceberg sigue habiendo grupos y espectadores de rock. Y es sano también que se escuchen otras cosas y que en los festivales y en las programaciones estén presentes otros géneros.
Lo que sí es cierto es que el euskera está demostrando que se adapta a cualquier género.
–L.G.C.: Eso está muy bien. Es enriquecedor.
–J.B.: También es cierto que cada vez todo es más efímero. Nunca sabes cuándo va a estar arriba lo que haces tú. Si persigues siempre ese conejo de estar en todo momento en la cresta de la ola, entras en un terreno muy peligroso. Nosotros estamos tranquilos. Hacemos lo que nos gusta y nos sale.
A las nuevas generaciones que vienen por detrás, ¿qué les aconsejarían cada uno en esto de la música?
–L.G.C.: Que haga lo que ella quiera hacer desde el principio. Es difícil, sí, pero nadie mejor que tú va a defender lo que haces. Hay que ser fiel a una misma, confiar en una misma y tirar para delante.
–J.B.: Si haces eso, como mínimo te vas a quedar a gusto tú, que es lo importante.
–L.G.C.: Es verdad que luego te puedes llevar decepciones porque igual lo que haces no tiene la repercusión que imaginabas o porque hay gente que va a un concierto y no te hace mucho caso. Pero todo eso te va haciendo cada vez más fuerte y te ayuda a coger impulso. Si mañana decides que no sigues, de acuerdo, pero todo eso quedará ahí y lo habrás hecho a tu manera. Ese sería mi consejo.
–J.B.: Comparto. Otra cosa es el rollo industria de la música, la parte más... Pero bueno, lo que sea, intenta hacerlo lo mejor posible y procura que esa parte te influya lo menos posible artísticamente.