“Creo que son historias que no dejan indiferente a nadie”. Es algo que desde hace unas pocas semanas están ya evaluando quienes entre sus manos tienen un ejemplar de Extraños convivientes (Libros Indie), el primer libro de la escritora gasteiztarra Mila García de la Torre. “Tiene un cierto sentido irónico, un cierto sentido crítico y un cierto sentido escéptico de la condición humana”, ingredientes para un libro que este jueves 8 se presenta de en la capital alavesa.

Tras pasar este mismo martes por la Feria del Libro de Madrid y sin perder de vista dos encuentros con el público celebrados en Puerto de Santa María y Cádiz –en este caso de la mano de la Fundación Carlos Edmundo de Ory–, la cita en Vitoria se producirá a partir de las 19.00 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Allí, la autora contará con la presencia invitada de Faustino López de Foronda, secretario general del Ararteko y patrono de la Fundación Fernando Buesa.

Será el momento de adentrarse en los entresijos de una obra que busca a lectores “de mente abierta”. Es un libro “para personas que aceptan que hay diferentes puntos de vista sobre las mismas cuestiones”, es decir, para “espectadores críticos de la realidad. Eso es lo que más importa”, apunta García de la Torre, más allá de que también se busca entretener. “Intento que el escenario que planteo en cada historia sea lo suficientemente envolvente como para que te agrade el leerlo aunque solo sea por curiosidad”.

Pero no solo se trata de qué se cuenta. También es fundamental el cómo se relata. “Busco en quien lee una percepción literaria”. De hecho, describe como “vuelvo mucho sobre cada frase y cada palabra para que digan de manera exacta lo que tengo en la cabeza. He estado dos años trabajando en este libro, no es algo hecho a la ligera. La precisión literaria me parece algo muy importante”. No en vano, con su obra ya en la mano “sigo pensando en cambiar cosas”.

Relaciones, identidades...

Son cuatro las partes en las que se distribuyen los 15 relatos que componen Extraños convivientes, que es justo el título del primer apartado, en el que la autora habla de manera fundamental de las relaciones familiares. De ahí se pasa a mirar al concepto de la identidad, “a la búsqueda de lo que somos cada uno de nosotros. No hay nada que nos importe más a los seres humanos que conocernos a nosotros mismos. Nuestra formación como seres independientes pasa por el autoconocimiento y una suerte de sinceridad muy profunda que no siempre convive bien con la norma social”.

A partir de ese momento entra en juego Cosas que pasan, que hace referencia a esos “accidentes de la vida” que “asumimos porque son inevitables. Todos hemos tenido pérdidas y situaciones muy difíciles con las que no contábamos pero a las que tenemos que hacer frente de una manera o de otra”. El camino se completa con ¿Así que era esto?, una reflexión sobre esa idea de amor romántico “que nos han inculcado desde niños y que tanto mal ha hecho”.

Todo ello es el resultado de dos años de trabajo creativo, una labor a la que se ha podido dedicar tras jubilarse de su puesto como gerente en la Fundación Fernando Buesa. En realidad, la literatura siempre ha estado en su vida, sobre todo a raíz de la relación que mantuvo con el fallecido escritor y periodista Carlos Pérez Uralde. “Es la pena que me da, que él no haya podido ver este libro”, comenta la autora, que en el proceso de escritura también contó con el apoyo de la autora andaluza María Alcantarilla, quien “me dio las pautas para no perderme”.

Tras conseguir varias respuestas en positivo de diferentes editoriales y decantarse por una, “ahora no puedo sentirme más satisfecha”. Esa sensación se está prolongando en lo nuevo que tiene entre las manos. “Sigo escribiendo y leyendo”. Así que a buen seguro dentro de no mucho nuevos títulos aparecerán en escena. Pero de momento, todo el protagonismo es para este Extraños convivientes.