La música tampoco se libra de la tendencia del ser humano a catalogar todo. Ante eso, la Banda Municipal de Gasteiz presenta este miércoles en el Principal el programa Estética sin fronteras, donde lo que busca es, precisamente, dejar a un lado categorías y compartimentos. “Vamos a ir de piezas de menos a más inclasificables, por así decirlo”, sonríe el director de la centenaria agrupación, Luis Orduña.

En este tercer recital de la temporada de abono, el encuentro con el público se producirá a partir de las 19.30 horas, quedando todavía algunas entradas en el anfiteatro segundo. Otra magnífica entrada para el que será el último concierto del año para la agrupación, por lo menos sobre las tablas de la calle San Prudencio, donde, además, esta vez contará con un invitado especial, Guillermo Pastrana. “La Banda de Vitoria tiene una programación muy especial y de mucha calidad, así que es un gusto estar aquí”, comenta el violonchelista afincado en Suiza.

Su protagonismo, de todas formas, llegará al final. La actuación comenzará con Energetically, Dragon Rhyme, de la creadora Chen Yi, donde el lenguaje sinfónico y contemporáneo se dará la mano con sonidos más propios del folk y de la música popular. De ahí, se pasará al estreno absoluto de Jazzeando a compás, de Ginés Martínez Vera, quien acudirá a la capital alavesa para vivir de primera mano la puesta de largo de una pieza en la que el flamenco y el jazz se vinculan.

De ahí se pasará al Concerto for Cello and Concert Band, de Friedrich Gulda, una creación que Pastrana ya ha interpretado en alguna ocasión anterior. “Es una locura divertida”, define Orduña a la hora de describir una pieza que pasa “por todos los universos estéticos”. En este sentido, el violonchelista remarca que esta obra responde a la propia forma de ser y comportarse de su autor.

A lo largo de la composición, Pastrana tendrá que “usar un lenguaje alejado de lo típico del violonchelo” pero también, en determinadas partes, improvisar. “Tal vez eso es lo más complicado”, apunta el músico, aunque Orduña resalta de su invitado que “hace que lo difícil parezca fácil”, lo que se traduce en que “el público disfrute” más allá de la alta dificultad técnica que la pieza tiene para el intérprete y la Banda.