Pionera de la literatura autobiográfica, el nombre de Annie Ernaux sonaba desde hace años entre los favoritos para ganar el Nobel de Literatura, que finalmente consiguió ayer, siendo la 17ª mujer en recibir el premio.

A Ernaux, de 82 años, se la distingue “por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los alineamientos y las limitaciones colectivas de la memoria personal”, según el fallo de la Academia Sueca.

Considerada una de las principales voces de la literatura francesa, su galardón fue recibido en Suecia como una elección clásica, frente a otras más arriesgadas como la del año pasado, cuando fue premiado el tanzano Abdulrazak Gurnah por su obra sobre el poscolonialismo.

“No puede ser exactamente una sorpresa. Es un nombre bien conocido en todo el mundo literario y ha sido traducida a muchas lenguas distintas”, admitió en rueda de prensa el presidente del Comité Nobel de Literatura, Anders Olsson.

Ernaux se mostró halagada por el galardón: “Es un gran honor y una gran responsabilidad”, dijo en declaraciones a la televisión pública sueca SVT. “El premio Nobel de Literatura representa algo inmenso teniendo en cuenta mis orígenes”, afirmó la escritora francesa. Tras recibir la noticia de que fue galardonada con el premio, Arnaux señaló que piensa “en las personas oscuras, en mi familia. He escrito para los que han luchado mucho”, explicó.

La Academia Sueca destacó la creencia de Ernaux en la literatura como “fuerza liberadora” y definió su obra como “inflexible” y escrita en un lenguaje “sencillo”, que le sirve para describir “la agonía de la experiencia de clase, describiendo la vergüenza, la humillación, los celos y la incapacidad para ver quién eres”.

“Es una búsqueda directa, desnuda y, en la medida en que es posible, totalmente honesta de lo que se puede llamar una verdad”, afirmó la escritora Ellen Mattson, miembro del jurado.

Nacida en el seno de una familia de clase media pero origen proletario, Ernaux (Lillebone, 1940) vivió un camino “largo” y “arduo” en su carrera literaria, en la que de forma consistente y desde diversos ángulos examina una vida marcada por “grandes disparidades” en cuanto al género, el lenguaje y la clase.

Más que una autora de ficción, Ernaux se ha definido como “una etnóloga de sí misma”, con influencias que abarcan desde Marcel Proust a Jean-Jacques Rousseau, el nouveau roman o el sociólogo Pierre Bordieu.

Su debut literario se produjo en 1974 con Los armarios vacíos, pero el éxito le llegó con su cuarta obra, El lugar (1983), un retrato de su padre, mientras que a su progenitora le dedicaría años más tarde Una mujer (1987).

“Su escritura está siempre ensombrecida por un sentimiento de traición contra la clase social de la que procede”, resaltó el fallo del premio a una autora para la que escribir es un acto político y que defiende la elección de la frase justa antes que bella.

El Acontecimiento (2000), sobre el aborto ilegal y ganadora dos décadas más tarde del León de Oro de Venecia por su adaptación al cine, es otra de sus obras destacadas, al igual que La ocupación (2002), acerca del amor romántico. Y Los Años (2008) le dio reputación internacional gracias a su condición de “autobiografía colectiva” en la que confluyen la memoria personal y común.

Con Ernaux son 17 las mujeres que han ganado el Nobel de Literatura, en un palmarés de 119 autores. De ellas, ocho lo han recibido en el siglo XXI: Elfriede Jelinek (2004), Doris Lessing (2007), Herta Müller (2009), Alice Munro (2013), Svetlana Alexievich (2015), Olga Tokarczuk (2018) y Louise Glück (2020), aparte de la galardonada de este año.

La elección de Ernaux constata el claro predominio de la literatura europea y norteamericana en la historia del Nobel de Literatura (más del 80 % del total) y permite a las letras francesas colocarse en segunda posición, con 15 galardonados, muy por detrás de la literatura en lengua inglesa (31) y por delante de la alemana (14) y española (11).