Aunque en los dos últimos años, el Festival Internacional de Teatro de Gasteiz no ha faltado a su cita con el público, es evidente que la pandemia h afectado y mucho tanto a la configuración de sus carteles como a las condiciones en las que se han llevado a cabo las representaciones. Hoy, el certamen sube el telón de su cuadragésimo séptima entrega, pero es casi como volver a empezar. Por lo menos, como regresar a 2019, es decir, llevando a cabo el evento sin tener un ojo puesto de manera permanente en la situación sanitaria. Eso sí, hay consecuencias que se mantienen, como el hecho de empezar las representaciones tan pronto, a las 19.30 horas.

Un momento del espectáculo. | FOTO: RICHARD HAUGHTON

En esa vuelta a la normalidad casi total, el festival recupera su idea de los años anteriores a la pandemia de ponerse en marcha con una propuesta internacional, esta vez con el regreso a la capital alavesa de Aurélia Thierrée, que ha vuelto a crear con su madre, Victoria Thierrée Chaplin, una nueva fantasía visual titulada en esta ocasión Bells & Spells. “Seguro que cada espectador hará su lectura”, vaticina la actriz y bailarina francesa en torno a un montaje que también lleva el sello de Jaime Martínez. El encuentro con el público se va a producir esta tarde en un Principal que todavía tiene algunos huecos libres, sobre todo en el segundo anfiteatro.

Ni Victoria Thierrée Chaplin ni Aurélia Thierrée son unas desconocidas para las centenarias tablas de la calle San Prudencio. De todas formas, la intención era haber contado con esta producción antes, algo que la pandemia ha impedido. Por lo menos hasta ahora. Por suerte, intérpretes y espectadores van a poder encontrarse para compartir, a lo largo de poco más de una hora, este mundo mágico protagonizado por una cleptómana incurable que, de pronto, se encuentra bajo el influjo de los objetos que ha ido coleccionando a su manera. Eso sí, como explica la nieta de Charles Chaplin, no se trata de llevar al escenario un hilo argumental concreto. Todo lo contrario. Se busca generar una poética determinada en la que las sorpresas y el humor también dejan su huella. “Cada persona que venga tendrá su historia y su final, si es que la obra lo tiene”.

En realidad, este trabajo e investigación con los lenguajes audiovisuales -el espectáculo no tiene texto- es una marca de la casa reconocible y apreciada, más allá de que Aurélia Thierrée defienda que su uso de lo surrealista, de lo mágico, de las ilusiones sea, sencillamente, un recursos para encontrarse con otras lógicas. “Todo depende de la percepción”, dice.

“Hay cosas que damos por sentadas, como el hecho de dar a luz, y sin embargo no pensamos que es algo mágico, que además es real”. En este montaje, por de pronto, los percheros se convierten en un dragón, la puerta en una máquina de sortilegios y el papel pintado en un vestido de princesa. Todo puede ser posible en Bells & Spells, en esta apertura de una edición del festival que es de esperar que pueda transcurrir con normalidad.