Ya está todo listo. La cantautora y compositora Rozalén actuará en el Buesa Arena hoy a las 20.30 horas. Pocas horas antes de este concierto, la artista asegura a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA sentirse emocionada por volver una vez más a esta ciudad y añade que espera, como mínimo, recibir el calor y el cariño que siempre ha recibido por todos los ciudadanos alaveses. Además, también confiesa que el sábado paseará por la ciudad en busca de calma. Aquí presentará su último disco, pero también sus mejores éxitos.

¿Qué esperas de este próximo concierto hoy en Vitoria?

Espero como mínimo el cariño y el amor de las ultimas veces que hemos ido por allí. Y como es de los últimos conciertos que hacemos de la gira de España vamos ahí con todo bien rodado, con las últimas fuerzas y están siendo muy especiales están siendo muy especiales estos últimos conciertos.

¿Conoces la ciudad, pasarás algunos días aquí?

Sí, la conozco, he estado varias veces, siempre cantando, es decir, por trabajo. Y también he hecho encuentros con asociaciones y la he caminado mucho. El día después del concierto sí que salimos más tarde así que espero poder pasear por Vitoria porque tengo muchas ganas, es de las cosas que más me gusta hacer, pasear por las ciudades.

Alguna vez te has animado a cantar en euskera. ¿Te animarás en esta ocasión?

Me lo habéis preguntado en varias entrevistas y me habéis puesto ya en ese compromiso (risas). En compromiso no, porque sinceramente también me ha gustado la experiencia de poder cantar en euskera. Pero algo me pensaré para hacer un guiño en euskera que de verdad te digo que sí me gusta.

Tus conciertos se caracterizan por la inclusión. ¿Cómo surgió?

Yo tuve la suerte de conocer a Bea, en Bolivia en el año 2008, haciendo cooperación. Yo por aquel entonces estaba estudiando psicología y ella trabajaba en un instituto con alumnos sordos en Albacete. Entonces, fue todo como caído del cielo. Nos hicimos fans mutuas. A ella le gustaban mis canciones, y yo me enamoré de la lengua de signos. Ella, aparte, tiene un componente artístico que lo hace muy diferente. Es como si hubiéramos sido hermanas en otra vida porque tenemos muchísima conexión, yo creo que se nota. Ahora no me imagino el espectáculo sin ella.

¿De dónde sacas la inspiración para tus canciones y letras?

Yo escribo mucho lo que vivo y siento. Pero también escribo sobre lo que observo. Porque cuando hay crítica social, hay cosas que he vivido yo o mi familia, pero otras que las he tenido delante de personas que he ido conociendo a lo largo de mi vida y que me han contado su realidad y que yo sentía la obligación de hacerlo. Es parte de mi vocación porque yo me decanté por la rama social en psicología y la educación que he recibido en mi casa siempre ha sido la de que intente ser feliz haciendo feliz a quien tengo al lado. Así de fácil y de complicado a la vez.

¿Tus letras suelen estar basadas en historias reales entonces?

Normalmente todo lo que yo escribo es real. Hay alguna cosa que, sobre todo las historias de amor, las exagero o me invento alguna cosa. Pero qué va. La vida real ya es tan emocionante que me basta con verbalizarla y exponerla.

¿Cómo es el trabajo de componer una canción?

Cada canción nace de una manera muy diferente y muy peculiar. Yo suelo partir del mensaje, de la letra. Primero imagino lo que quiero decir. Le doy vueltas. Escribo en un folio lo que se me pasa por la cabeza y luego juego con las melodías y la música. Pero, por ejemplo, en este último disco hemos partido de música en alguna de las canciones. Hay canciones que salen en una tarde y en unas horas y otras que tardo en hacerla meses. Cada canción es un mundo.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Todo lo relacionado con la música. Me gusta mucho la intimidad de componer, cuando estoy en un punto creativo de hacer una canción yo sola, lo que pasa ahí es muy bonito. La producción con mi equipo y grabar el disco también me gusta mucho. Y el directo yo creo que es lo que más me gusta y disfruto. Porque suceden cosas que no se vuelven a repetir y que son únicas. Estoy muy contento porque cada proceso tiene algo muy especial.

¿Y lo más difícil?

Pues lo más difícil es quizá lo que no tiene nada que ver con la música, el estar expuestos. Que estemos en el ojo crítico, que tanta gente te reconozca por la calle, por la perdida de libertad en ciertas ocasiones. Es duro, pero es algo que compensa. Es fruto de que todo lo demás va bien, así que no lo cambio por nada.

¿Has retomado tu agenda tras la pandemia?

Sí, desde hace mucho tiempo y yo creo que desde el año pasado ya estaba trabajando con normalidad. Este verano ha sido como una explosión ha sido como volver al 2019 de repente.

Muchas de tus canciones tratan temas delicados, pero con mensajes de esperanza e ilusión.

Sí, me gusta hablar de lo que duele porque es bastante sanador. Sobre todo, cuando hacía las primeras canciones las hacía para mí. Lo bonito es que como somos la misma cosa, lo que le sirve a uno le sirve para todos. Pero sí que creo que miro a la vida de una manera positiva, realista pero optimista.

¿Tienes alguna canción a la que le tengas más mimo que a otras o signifique mucho más para ti?

Sí, muchísimas. Uf. Sobre todo, las de mi familia, son muy delicadas para mí, muy emotivas. Algunas más personales como la puerta violeta. O canciones que han tenido una vida propia y que la gente las ha hechos suyas.

¿Qué consejo le darías a alguien que comienza a dar sus primeros pasos en la música?

Yo siempre lo digo: honestidad. Es lo único que te deja dormir y que hace que la música y el mensaje llegue. Hay cosas que son de mentira y llegan. Pero lo que es honesto y sale del corazón siempre llega. Yo creo en eso.