Teatro, música, danza, canto, land art, artes visuales y poesía visual. Es decir, una propuesta multidisciplinar con la naturaleza como protagonista y escenario. La veterana compañía alavesa Panta Rhei vuelve a convertir el bosque de Murua en su lugar de encuentro con el público tras el éxito obtenido el pasado septiembre con el montaje Naturaren Sekretua. Ahora es el turno de Izarren hartza, que se estrenará el próximo sábado, contando con representaciones para público a partir de 3 años hasta el martes 12.

Emilio Fernández de Pinedo e Idoia Ayestarán junto a la osezna Irdin. | FOTO: ALEX LARRETXI

En un principio, la idea era poder levantar el simbólico telón este jueves y viernes, pero se ha optado por atrasar un poco la puesta de largo por enfermedad de uno de los intérpretes. “Confiamos en que el público sabrá comprender el aplazamiento, ya que si alguna conclusión se puede sacar de los dos últimos años marcados por una crisis sanitaria es que no se puede permitir que se priorice el trabajo a la salud de las personas”. Así que quienes quieran disfrutar de la producción lo podrán hacer sábado 9 y domingo 10 a las 12.00 y a las 18.00 horas, y el lunes 11 y el martes 12 a las 18.00 horas. Las entradas están a la venta a través de www.teatropantarhei.com.

Como en la anterior ocasión, el punto de encuentro con el público –los grupos van a ser limitados– es la zona de aparcamiento de Murua. Justo al lado se encuentra un bosque, que es el escenario para las representaciones. En concreto se van a usar tres espacios cercanos entre sí a lo largo de la hora que dura la propuesta. De esta forma, se favorece también la itinerancia de la acción y de los presentes. A partir de ahí, se propone “un viaje iniciático de un personaje en soledad que debe afrontar con coraje sus procesos hasta alcanzar su autorrealización. Superará adversidades y se enfrentará a sus propias sombras, debilidad y miedos. Afrontará la dificultad, el peligro y descubrirá su lugar en el mundo, conectando con la fuerza de la vida”, como explican desde la compañía.

Esa protagonista es la joven osezna Irdin, que va a vivir una “historia de animales” que habla de la vulnerabilidad, del coraje, del abandono, de la soledad, de la integración, de la amistad, de la biodiversidad y de la convivencia. “Es una obra que tiene muchos estratos”, explican Idoia Ayestarán y Emilio Fernández de Pinedo, fundadores y responsables del grupo. Irdin está sola. Busca su lugar en el mundo, una familia y una compañía que le ayuden a volver a situarse y encontrar un futuro. No es un camino sencillo, eso sí, porque en él se encuentra con quien la defrauda, sin perder de vista la presencia de la Loba Blanca, el otro referente de esta “experiencia escénica” casi sin texto que cuenta con música en directo. Sonidos en los que las canciones vascas –o partes de ellas– se convierten en fundamentales.

Es una producción “llena de emociones pero también cómica”, describen Ayestarán y Fernández de Pinedo, una “innovadora” propuesta con la que Panta Rhei quiere trasladar al público “por senderos imaginarios en un recorrido de aventura, dinámico, interactivo y desafiante”. Así, a buen seguro, lo van a comprobar en primera persona quienes acudan estos días a Murua.