José Negroni al piano, Nomar Negroni a la batería y José Agustín Guereñu Gere al bajo vuelven a encontrarse con el público de la capital alavesa. De la última vez no solo han pasado tres años, también una pandemia. En esta ocasión, con entradas disponibles, el concierto de Negroni’s Trio se producirá el 7 a las 18.00 y a las 20.00 horas en Dazz, un espacio que los músicos conocen a la perfección y a donde llegan ahora dentro de la colaboración del escenario con Fundación Vital.

La última visita del trío fue en 2019, no sabíamos entonces nada del covid. ¿Cómo han vivido en lo profesional esta etapa?

N.N.: Fueron dos años de mucha reflexión, en los que son las preoridades en un ser humano. Gracias a Dios estuvimos en activo, grabando nuestro álbum Esperanzas / Hopes. Como es evidente, es un título inspirado en lo que estábamos pasando ya que nunca debemos perder las esperanzas.

J.N.: Siempre es duro para un músico o artista no poder presentar su arte. Pero gracias a las redes sociales, nos han permitido continuar con la comunicación con nuestra audiencia, más allá de que nunca será el mismo sentimiento que se produce en vivo. De hecho, volver a tocar en vivo fue muy emocionante y satisfactorio. Dentro de la pandemia dimos una serie de conciertos en el estacionamiento de unos teatros en la ciudad de Miami, dentro de lo que se llamó Drive in concert.

-¿Creen que todo lo sucedido en estos años va a cambiar la escena, que hay músicos cuyas carreras se van a ver afectadas, sobre todo en los que estaban empezando a despuntar cuando apareció el covid?

N.N.: Pienso que no, lo que pasó, afectó a todos por las cancelaciones de giras, pero al mismo tiempo muchos artistas y músicos tomaron ese tiempo para ponerse al día con todo lo que es digital. Por ejemplo organizar sus redes sociales.

¿Creen que existe el peligro de que el público potencial se acostumbre demasiado a la cultura a través de la pantalla tras estos dos años y no aprecie la cultura en vivo y en directo, incluso que no vuelva?

J.N.: No, el verdadero público seguidor del arte siempre querrá estar presente en las presentaciones en vivo. Sin embargo, muchos de las nuevas generaciones sí que son más de la pantalla digital, porque es la nueva era.

La última vez que vinieron a Vitoria estaban preparando nuevo disco. En 2021 se publicó ‘Esperanzas/Hope’. ¿Cómo son esas nueve canciones que componen el álbum, qué han querido transmitir?

J.N.: Las composiciones del álbum tienen el toque de alegría y picardía que bien nos identifican, con un espíritu lleno de esperanza.

Regresan a España, y vuelven a actuar con el bajista vitoriano Jose Agustín Guereñu, ‘Gere’. ¿Qué es lo que se va a encontrar el público que acuda esta vez a verles en Vitoria?

J.N.: Nomar es la figura que maneja el tren de Negroni’s Trio, y nuestro gran amigo Gere siempre nos da un toque frescura y solidez.

N.N.: La gente se va a encontrar con tres artistas haciendo lo que más les gusta: hacer música y llevar alegría a la gente. Que el público conecte con nosotros y nuestra música para que al final se logre una gran fiesta, ahí está el objetivo. Estaremos presentando un repertorio original y algunos standards.

Con ‘Gere’ es reencontrarse después de casi tres años. Aunque ya han tocado con él, ¿no es casi como volver a conocerse, después de tanto tiempo y todas las cosas que han sucedido?

J.N.: No, desde la primera nota que demos ya estaremos conectados. Con él siempre estamos conectados, es un amigo. Al final, la magia del arte y la música no permite que se rompa lo que nos une a pesar de la distancia.

¿Dónde está el truco para que los músicos, por mucho tiempo que pase y por mucha distancia geográfica que haya, siempre se entiendan, como es su caso con ‘Gere’?

N.N.: Es muy fácil, pero no se practica ni se planifica. Cuando hay admiración, respeto y amor entre los músicos, en el escenario siempre se logran cosas lindas.

¿Planes para 2022, seguir tocando o quieren afrontar otros proyectos o hay que descansar un poco?

J.N.: Siempre hay un plan, una nueva meta y está algo muy importante que es disfrutar lo que tenemos al momento, dando gracias a Dios por todo lo que nos regala cada segundo.