Tras tener que suspenderse en 2020 y llevarse a cabo en 2021 en el Iradier Arena por la situación sanitaria y las restricciones derivadas de la misma, el Osteguna Rock Vital Fest volvió ayer a llevarse a cabo en la que ha sido su sede desde mediados de la década pasada, la plaza de la Virgen Blanca. Con un calor importante, la tarde y la noche en el centro de la capital alavesa vibraron con una propuesta que se ha querido mantener de la mano de la asociación cultural Araña del Rock.

Fueron los componentes de Stupid Fuckin People, banda nacida a medio camino entre Vitoria y Donostia, los primeros en hacer acto de presencia sobre las céntricas plazas para desgranar los nuevos sonidos de una formación nacida hace poco aunque en sus filas haya músicos ya conocidos de la escena. Como en casa estuvieron dejando la tarjeta de presentación de lo que se espera que sea un proyecto que tenga más continuidad. Seguro que sí.

Desde muy cerca, también volvieron a tierras alavesas las componentes de MoonShakers. Pura energía sobre el escenario es lo que volvió a desplegar el cuarteto. No hacía falta caldear más el ambiente, pero sus sonidos sumaron todavía más grados al termómetro de la ciudad a lo largo de una de las últimas actuaciones de la banda antes de volver al estudio para hacer realidad su próximo disco.

Ya con la noche dando sus primeros pasos, la guinda de esta edición del certamen –que cuenta con la colaboración de la Fundación Vital y del Ayuntamiento de Vitoria– llegó con los suecos Spiders. Hard rock, garage y punk marcaron la despedida del Osteguna Rock Vital Fest desde una plaza de la Virgen Blanca en la que fueron muchos los que no pararon ni un segundo, mientras no pocos viandantes se paraban durante un buen rato para disfrutar de la música en directo. Así se completó una tarde intensa de la mano de una propuesta que ya mira a dentro de doce meses.