- El helicóptero más viajero de Cuatro vuelve a surcar los cielos. Esta noche (22.45), Jesús Calleja comienza una nueva ruta por los más variados lugares de la geografía española en el estreno de la séptima temporada de Volando voy. Una temporada con siete nuevas entregas en las que habrá más variedad de paisajes, protagonistas entrañables y nuevas misiones colectivas, que con el lema '¡todos a una!' buscarán unir a las gentes de los pueblos para trabajar juntos y lograr objetivos que perduren en el tiempo.
"Después de la pandemia y todo lo que nos ha acontecido, '¡todos a una!' es el mejor emblema para estas nuevas entregas, creemos que es el hilo conductor que mejor las definen. Porque en estos siete episodios que tenemos por delante, hemos buscado sobre todo gente voluntaria dispuesta a hacer algo, a aportar su granito de arena por cada uno de los entornos", explica Jesús Calleja.
En su nuevo periplo, Calleja se encontrará con las personas que habitan en los diferentes destinos, que aportarán diversión y emoción y que compartirán curiosas y emotivas historias personales, como la de una princesa africana instalada en El Bierzo, la de un contrabandista jubilado que atravesaba la frontera luso-española y la de un joven descubridor de esqueletos de dinosaurios, entre otras.
"Queremos dar a conocer la vida de los pueblos, porque nadie habla de ellos, y para mostrar su esencia dedicamos una media de siete días a rodar cada una de las entregas, porque las historias tienen que suceder de verdad, la gente tiene que emocionarse, tiene que vivir la experiencia con nosotros, implicarse y transmitir toda la realidad de cuanto sucede durante nuestra estancia en cada pueblo. Es la magia de este programa, la frescura de la realidad como forma de hacer una televisión que construye y que aporta", destaca el aventurero Jesús Calleja.
"Este programa es un altavoz para todas esas personas que viven en zonas rurales en las que no existen comercios, servicios y a veces ni siquiera escuelas, y ahí estamos nosotros, para darles voz. Es muy agradable rodar Volando voy porque nos sentimos muy queridos allá por donde vamos. Cada uno de los pueblos a los que hemos ido tiene un relato, algo propio que contar. Hay historias verdaderamente poderosas detrás de ellos y una vez que las conocemos, les damos forma. Cada programa tiene una historia, un relato y una misión", asegura el presentador.
Producido en colaboración con Zanskar Producciones, Volando voy cerró su sexta temporada en Cuatro con un 7,1% de share y una media de 820.000 espectadores. Entre las comunidades donde el programa fue más seguido estuvo Euskadi, con un incremento del 11%.
La Sierra del Segura (Albacete), en la que visitarán el pueblo de la película Amanece que no es poco y los vecinos contribuirán a la recuperación de un pino centenario, simbólico punto de reunión para diferentes generaciones de la zona; la Sierra de las Nieves (Málaga), que será declarada Parque Nacional con el programa como testigo y en la que se abordará la construcción de dos puentes para facilitar la movilidad entre puntos de difícil acceso; Pallars Jussà (Lleida), donde Volando voy ayudará a restaurar el telón publicitario más antiguo de España; Las Merindades (Burgos), un lugar cuyos habitantes trabajarán con Calleja para recuperar un antiguo jardín renacentista en un monasterio del siglo XIII; La Sierra de Gata (Cáceres), donde el programa tratará de unir tradición y tecnología montando junto a los habitantes de la zona una carrera de autos-locos eléctricos; El Bierzo (León), la tierra de Calleja, donde recuperarán un antiguo canal romano con más de 2.000 años de antigüedad para convertirlo en senda; y Costa da Morte (A Coruña), que será escenario de una limpieza subacuática del puerto de Camariñas y parte de su ría, serán los destinos de la nueva temporada.
En palabras del propio Jesús Calleja, "arrancamos con la entrega de Costa da Morte, donde hemos limpiado la basura del fondo marino de Camariña con una gran actividad participada por buceadores voluntarios, en una de las acciones solidarias más multitudinarias de Volando voy". Costa da Morte se extiende a lo largo de más de 200 kilómetros por el norte y noroeste de Galicia. Los oficios y actividades marinas han marcado su historia: la pesca, el marisqueo, la fabricación de barcos, los naufragios y, más recientemente, el surf. En una época de alertas sobre el cambio climático y sobre la contaminación por residuos plásticos, mantener el mar limpio es esencial para el planeta. Volando voy llega hasta aquella zona con el reto de movilizar a sus habitantes para participar en una limpieza subacuática del puerto de Camariñas y de la Ensenada da Basa, que forma parte de la ría del pueblo.
En su viaje a Costa de Morte, Calleja tendrá ocasión de conocer numerosas personas con singulares historias como Cristina, hija de los últimos fareros del lugar, o Yaki, una mariscadora de Camariñas hija de marinero a la que llamaron así por Jacqueline Kennedy. l