- En septiembre del año pasado, aunque su actividad ya se venía desarrollando desde antes, se abrió en la calle Palencia la sede del laboratorio especializado en la imagen y el material fotosensible Haz, desplegando una variada y activa agenda que desde ese momento no ha tenido casi un hueco libre. Son varios los frentes en los que trabaja el proyecto impulsado por Nahikari Mora y Clara Sánchez-Dehesa, también en el plano expositivo. Buena cuenta de ello es el programa Amalógica trimestral, que está centrado en la visibilización de las fotógrafas que realizan trabajos analógicos.

La multifuncional casa de Haz contará dentro de poco con una sala de exposiciones más, si se quiere decir así, convencional. Pero de manera paralela -y la idea es que tenga continuidad cuando se abra el otro espacio- se ha habilitado una línea de acción que, aún encontrándose dentro del laboratorio, puede verse desde fuera a través del escaparate. De esta forma, se quiere apelar también a cualquier viandante, a la curiosidad del público en general.

El resultado son muestras de pequeño formato de carácter trimestral, una senda que abrió en el último tramo del año pasado Pandora Sagredo, tomándole el relevo, entre diciembre de 2021 y el pasado mes de marzo, Beatriz Estévez. Ahora, hasta junio, es Carmen Martín quien expone. "Lo primero que buscamos con esta propuesta es visibilizar a las mujeres que trabajan en analógico, no tanto proyectos concretos. Es decir, lo que exponen no tiene que ser un cuerpo de trabajo expositivo oficial o determinado. Pueden ser fotos sueltas, imágenes que respondan a diferentes técnicas u otras cosas", explica Mora.

Además, la otra pata de Amalógica trimestral está en el público potencial. "La idea es que entres en el local y puedas acercarte a la exposición, por supuesto; pero también que la puedas ver desde el escaparate", con la mirada puesta en esas personas que igual no están tan habituadas a ir a espacios dedicados al arte y la cultura. "Igual te fijas, te llama y das el paso. Es una manera de acceder a esa gente, de ver si te pica la curiosidad y entras".

A estos dos cimientos fundamentales se une el hecho de apostar por fotógrafas que no necesariamente tienen que ser conocidas o profesionales, que pueden ser principiantes o amateurs. "Nos gusta mucho la idea de visibilizar a la gente más desconocida. Quien tiene ya un nombre, cuenta con otros espacios". Desde esas bases, se propone un zona de muestra que hasta el momento, en las tres participaciones que se han dado, ha venido marcada por la variedad de formas y fondos. Puede que sea un espacio acotado pero da para mucho.

Así, Carmen Martín "nos presenta todo en blanco y negro con bastantes negativos, con fotografía estenopeica y con varios ejercicios que son teóricos errores, aunque en ellos se ha encontrado algo interesante y no se han convertido en descartes". En las entregas anteriores, por ejemplo, hubo propuestas de fotografía sin cámara, de juego con diferentes soportes y emulsiones, y de imágenes en 35 milímetros a color con las que experimentar.

Dar a conocer y visibilizar a las creadoras se encuentra en la base de un proyecto que presenta muestras de pequeño formato

En la propuesta del espacio de la calle Palencia, que se puede ver desde el exterior, ya han tomado parte Beatriz Estévez y Pandora Sagredo