- Después de casi diez años trabajando juntos, Javier Calvo y Javier Ambrossi, Los Javis, echan la vista atrás para intentar descifrar lo que les ha permitido conectar así con el público y qué les une a ambos, y no tienen dudas: “Lo que tenemos en común es que no nos va a parar nada”. Calvo y Ambrossi recibieron este pasado viernes el Premio Málaga Talent en el Festival de cine de esta ciudad.
“Me siento afortunado de haber encontrado la manera de conectar con el público”, admite Ambrossi, que añade que ambos se dejan “mucho la piel en todo” y no paran “hasta que está perfecto”. Para Ambrossi, escribir “es un acto de fe, como enamorarse, porque no sabes cómo va a salir, no tienes ni idea de cómo va a quedar y tienes que creer en esa voz interior que te está guiando”.
Rechaza que en sus trabajos haya improvisación, una creencia que considera que puede venir de Paquita Salas, y asegura que sus guiones “son bastante parecidos a lo que se ve, porque si tienes claro lo que quieres contar como director y dejas a los actores que vuelen, siempre acaban volviendo a lo que tienen que hacer”. “Siento que he encontrado mi lugar en el mundo con la escritura”, afirma Ambrossi, que recuerda cómo en sus inicios “quería triunfar en la interpretación, pero el plan B era maravilloso”.
Sobre la rutina diaria de ambos, asegura que consiste en “levantarse cada día y trabajar hasta la noche”, y a quienes empiezan ahora les advierte de que “el mejor hábito es hacer las cosas, porque hay una generación que está cogiendo miedo a hacer, a cagarla, a equivocarse, y lo más revolucionario es hacer las cosas y acabarlas”.
Por su parte, Javier Calvo cree que lo que les ha “movido” siempre es “una pasión y una ambición muy grande”, desde el primer microteatro que hicieron, y con cada trabajo que han emprendido han sentido que era “el proyecto de su vida”. “Esa fe en lo que hacemos es lo que nos ha hecho llegar hasta aquí”, añade Calvo, que apunta además que, “al final el talento es lo que siempre sobrevive”.
Coincide con su compañero en que no trabajan sobre la improvisación “para nada” y todos sus guiones están “férreamente escritos”, pero han aprendido “a ser flexibles”. “Sabemos ver si algo no funciona y si lo tenemos que cambiar. Creemos mucho en que la idea mata, porque esa rigidez hace que las películas salgan muertas”, subraya Calvo.
Y, al preguntar por el miedo al encasillamiento, precisa que “no se debe confundir el sello autoral con encasillarse en un género” y que lo que hacen ellos es llevar cada género a su terreno”.