- En la vida de una actriz hay papeles que afectan profundo y el de Alba, una joven que sufre una violación múltiple y decide enfrentarse al duro proceso de denuncia y juicio, ha dejado huella en Elena Rivera (Cuéntame como pasó, Inés del alma mía, Sequía). Desde que se estrenó la serie -que llegará mañana miércoles a Antena 3- en la plataforma Atresplayer Premium, han sido muchas las víctimas que han visto en ella un espejo y una inspiración para luchar. Así lo cuenta la actriz (Zaragoza, 1992), feliz de que la serie vaya a emitirse en abierto. “Es una apuesta muy arriesgada, pero es de agradecer y de admirar”, apunta, expectante ante el estreno de la ficción, que es una adaptación de la turca Fatmagül.
¿Es el de ‘Alba’ uno de los papeles más duros de su carrera?
—Sí. Me han tocado retos profesionales interpretativos, pero aquí entraba también en el terreno personal. Me tocaba muy de cerca porque había muchas cosas con las que me sentía identificada, micromachismos que tenemos interiorizados como sociedad. Todos estos miedos que tienen las mujeres desde que nacen, como ir sola a casa, salir de fiesta y estar pendiente de que tu amiga te avise de que ya ha llegado a casa. Me dejé la piel, acabé exhausta, adelgacé muchísimo. Pero al final es mostrar la realidad que tenemos en las calles y que todos los días vemos en las noticias. Tú sales tan tranquilamente a tomarte algo y tienes que estar con un cuidado impresionante porque van a la caza, te drogan y van a lo que van. Entonces, hay que mostrar esto y que no sea un tabú.
En las presentaciones de la serie han dejado claro un duro mensaje, que un violador es una persona corriente, que puede ser cualquiera...
—Sí y también que hemos entrado en esta dinámica: hay tantos casos que lo escuchas, en ese momento te sobrecoge bastante, pero piensas que no te va a tocar a ti, que es una cosa muy lejana o que si ocurre el que lo ha hecho es el típico villano de película y para nada, puede ser cualquier persona. Tu compañero de instituto, de trabajo, tu hermano, tu primo, tu vecino... hacen sus vidas y a simple vista parecen personas normales y corrientes, pero por la noche tienen esa manera de actuar y de divertirse. Ellos se lo toman como “vamos a pasarlo bien” y es terrorífico.
La serie ya ha podido verse en la plataforma, ¿es cierto que ha recibido tantos mensajes de víctimas? —Lo que más me ha llenado es que les haya calado tanto a mujeres que por desgracia han vivido cosas similares, que tengan esa manera de abrirse conmigo. Me decían que gracias a la serie habían sido incluso capaces de contarlo. Casi ninguna se había atrevido a denunciar, pero es que algunas no se habían atrevido a contárselo a nadie y llevaban dos o tres años así. Yo intentaba animarlas y decir que esto no es normal, que hay que denunciar, que no estás sola y que hay mecanismos que te pueden ayudar.
Pero, como le pasa a Alba, denunciar es empezar una pesadilla y a muchas les da pavor ...
—Hay que denunciar, por supuesto, pero sí, empatizo con ese miedo o ese proceso tan duro, que es un infierno, el proceso judicial o incluso policial porque para ellas es continuamente revivir ese momento traumático que querrían borrar de su mente (...) Por eso es totalmente comprensible que intenten pasar página y hacer como que no ha ocurrido, pero al final eso sale. La vida es muy larga y tiene que ser demoledor para la salud mental vivir ese trauma en soledad.
¿Dónde cree usted que está el fallo que hace que sea un proceso tan duro?
—Hay un punto de educación. Yo creo que para la víctima no es fácil porque siempre tiene que vivir un proceso donde no solo es el revivir ese hecho, sino también sentirse culpable. Había momentos en los que Alba, para acordarse de detalles de esa noche, la policía, la psicóloga o el juez le hacían ciertas preguntas donde se cuestionaba a la víctima. Y creo que el error de base principal es la educación que se nos da de pequeños y como sociedad, que siempre hay ese punto de micromachismo interiorizado y normalizado.
¿Estos fallos tienen que ver con que las víctimas sean en su mayoría mujeres?
—Sí, claro que sí, total. Yo me quedo satisfecha con que esta serie no solo sea una serie que entretenga sino que haga reflexionar y pensar. El feedback que he recibido ha sido impresionante. Me he quedado muy abrumada, pero también me ha hecho pensar en que ocurre mucho más de lo que creemos y solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Yo a veces no sabía qué contestar a lo que me ponían. Pero si les ha servido para replantearse ciertas cosas de su vida, darle una vuelta a su cabeza y pedir ayuda, ya con eso como actriz quedo satisfecha.
“En esta serie me sentía identificada con muchas cosas, micromachismos que tenemos interiorizados como sociedad”
“Lo que más me ha llenado es que haya calado tanto a mujeres que por desgracia han vivido cosas similares a la protagonista”