Casi no le va a dar tiempo al grupo a deshacer las maletas. Recién llegado de México, este viernes Vitoria llama a su puerta una vez más. La cita con Celtian será en un Urban Rock que la banda fundada en 2017 por Diego Palacio (ex flautista de Mägo de Oz) conoce bien, un escenario donde todavía quedan algunas entradas a la venta y en el que, a buen seguro, se vivirá una gran noche de folk metal. Toca presentar el disco Sendas de leyenda (Maldito Records), trabajo publicado el año pasado de nuevo con la producción de Txus di Fellatio (batería y líder de Mägo de Oz).
¿Espectacular la experiencia en México, no? Lo digo porque incluso fueron bastantes seguidores a recibirles allí en el aeropuerto.
-Sí, sí. La verdad es que estamos todavía que no nos lo creemos. Sabíamos que nos seguía gente allí, pero no éramos conscientes de que era para tanto. Es que el domingo estábamos paseando cerca del Zócalo y hubo gente que nos reconoció y nos paró. Estábamos flipando. Además, lo que fue el concierto fue algo increíble. La gente nos recibió muy bien, cantaba nuestras canciones, saltaba y gritaba. Fue espectacular. Es una oportunidad muy grande que nos ha dado Mägo de Oz y es algo inolvidable.
Además, en estas circunstancias, con tantas dificultades no ya para montar una gira sino para hacer un concierto, cruzar el Atlántico para tocar es casi un lujo.
-Llevamos dos años horribles para todo el mundo. Pero, en concreto, para los que vivíamos y vivimos de las aglomeraciones de público, esto está siendo muy complicado porque es precisamente lo que más y antes se ha prohibido. Claro, después de tanto tiempo, que por fin vuelvan los conciertos casi como antes, más allá de la mascarilla, es un alivio. Pero es que en el caso de México estamos hablando de una actuación con más de 12.000 personas. Eso llevábamos tanto tiempo sin vivirlo que fue muy, muy emocionante.
De hecho, su última actuación en el Urban fue con el público sentado, límite de aforo, con dos pases para poder atender a un mínimo de espectadores y en formato acústico, acorde al contexto.
-Marzo de 2021. Tuvimos que hacer un pase al mediodía y otro a la tarde, horarios muy raros pero no quedaba otra tal y como estaban las cosas en ese momento porque el Urban tenía que terminar la actividad creo que a las siete de la tarde. Claro, dar un concierto eléctrico con la gente sentada quedaba un poco raro, por eso optamos por el formato acústico. Vale, fue raro pero estuvo muy bien porque se generó algo muy íntimo y especial. Eso sí, no tuvo nada que ver con la primera vez que estuvimos en la Urban, antes de la pandemia (risas). Siempre es un gusto volver a este escenario sean en las circunstancias que sean.
La de cosas que han tenido que hacer quienes se dedican a la cultura en directo en estos dos años, ¿verdad?
-La realidad es que sí, hemos tenido que reinventar un montón de cosas. Ha habido grupos que han decidido no tocar, y me parece respetable, pero nosotros no queríamos detenernos. Claro, la pandemia nos llegó en un momento de bastante proyección, con la salida de En tierra de hadas, con fechas importantes y una larga gira por delante. Así que tuvimos claro que en cuanto se pudiera volver a tocar, teníamos que intentarlo.
En ese proceso llegó el año pasado ‘Sendas de leyenda’, que debe ser el disco que confirme ese camino, lo que también le confiere una exigencia mayor.
-Este disco era una responsabilidad muy grande. En tierra de hadas tuvo una repercusión muy superior a la que nosotros nos habíamos imaginado. A la gente le gustó muchísimo, empezamos a ganar bastantes más seguidores y a tener muchísimas reproducciones de los vídeos y las canciones. Ni las previsiones más optimistas alcanzaban a dibujar que iba a pasar algo así. Por eso Sendas de leyenda tenía que ser un disco que confirmara todo eso, que dijera que lo que había pasado no era mera casualidad. Trabajamos mucho para llegar a ese listón y confirmar que el proyecto apunta lo más alto posible. La idea es ir mejorando en cada álbum. Ahí está nuestra responsabilidad, en no solo confirmar lo ya hecho, sino en mostrar que incluso podemos superar a lo anterior. La gran mayoría de la gente nos está trasladando que es un disco mejor. Se nota que está mucho más trabajado, que se ha realizado con más tiempo, y con la banda ya asentada.
De gira pero seguro que sin parar de componer nuevos temas. ¿Planes para este año?
-Efectivamente estamos centrados en las dos cosas. De todas formas, ahora le estamos dando más importancia a la gira. Más o menos hasta agosto vamos a estar tocando todos los fines de semana. A partir de septiembre haremos algunas fechas más pero sin estar en un tour tan exigente como ahora ya que empezaremos a centrarnos en preparar el siguiente disco. No creo que entremos al estudio este año, pero sí tenemos varios temas ya hechos en los que hay que trabajar y eso requiere tiempo. Esperemos que en la segunda parte de 2023 llegue ese nuevo álbum.
El público seguro que lo espera con muchas ganas porque habrá otros géneros que hoy son más mayoritarios o mediáticos, pero caminan ustedes por una senda, que decía aquel, de una minoría absoluta con un tipo de seguidor muy, muy fiel.
-No es el folk metal un género que esté de moda, ni de lejos, porque, además, todo lo que tiene que ver con guitarras eléctricas y música dura está alejado de lo que se suele ver en los grandes medios. Pero dentro de ese ámbito, nuestra propuesta suele ser bien recibida siempre. Dentro de que es folk metal, Celtian le puede gustar a cualquier persona, más allá de si es rockera, metalera o lo que sea. Al final es música. Todos deberíamos tener los oídos abiertos a cualquier propuesta musical bien hecha. Nosotros hacemos lo que nos gusta y no lo cambiamos por nada.