- La cineasta catalana Carla Simón desembarca en la Berlinale tras su exitoso pase por el festival en 2017 para codearse con el resto de aspirantes a los Osos con Alcarràs, un filme en el que su propia historia y la de su familia le ha vuelto a servir de inspiración. La ganadora a la mejor ópera prima en 2017 por Estiu 1993 (Verano 1993) asegura estar experimentando algo “muy bonito” y sentirse “muy afortunada” de volver al festival y de que haya sido invitada con directores que dice admirar muchísimo.

Después de décadas cultivando las mismas tierras, la familia Solé se reúne para realizar la que probablemente sea su última cosecha ya que, tras la muerte del propietario de las mismas, su hijo quiere arrancar los árboles para que, en su lugar, se instalen paneles solares. Mientras algunos de la familia se resisten a la idea, otros creen que no queda otra que encajar lo mejor posible la nueva situación, unas posturas antagónicas que derivan en una profunda crisis familiar. Al igual que su primer filme, esta película también es personal en cuanto a que los tíos de Simón cultivan melocotones en Alcarràs, un municipio de Lleida de unos 10.000 habitantes, con una economía basada principalmente en la agricultura y la ganadería.

Conoce “muy de cerca” el mundo que retrata en la película, explica la realizadora, que precisa que el proyecto surgió cuando murió su abuelo y sus tíos heredaron las tierras, con “toda esa sensación de que el mundo podía terminar, porque ahora hay una falta de relevo generacional muy grande”.