a sensibilidad y la emoción son dos características que comparten Drive my car y Flee, los dos títulos que se están destacando de sus competidores en la lucha por el Oscar a mejor Película Internacional, en la que también está la española El buen patrón. Los quince títulos que pasaron el primer corte se convertirán en cinco cuando el 9 de febrero la Academia de Hollywood anuncie las nominaciones para su 94 edición, cuya gala será el 27 de marzo. El camino está más despejado para unos que para otros.
Con más de una treintena de premios, incluidos varios a la mejor película del año -el último esta misma semana de la National Society of Film Critics de Estados Unidos-, la carrera internacional de este filme dirigido por el preciosista Ryusuke Hamaguchi comenzó en el Festival de Cannes, donde consiguió el galardón a mejor guion.
La labor de Hamaguchi como guionista y como director también ha sido reconocida y se hizo con el Globo de Oro a mejor película extranjera. Todo parece poco para una cinta sutil, elegante y profunda, que adapta un relato de Murakami y que ha conquistado a los espectadores de medio mundo, pese a sus tres horas de duración. Si sucede a Parásitos como nueva estrella del cine asiático está por ver.
La animación le sirve al danés Jonas Poher Rasmussen para suavizar y darle ternura a una historia terrible, la de Amin, un refugiado afgano que llegó a Dinamarca tras una experiencia casi terrorífica en Rusia. Basada en hechos reales, la belleza de los dibujos ayuda a entender más fácilmente la dureza de un recorrido tanto físico como mental.
Una película documental que en su mezcla de géneros y estilos tiene su principal debilidad, ya que la cincuentena de premios que ha recibido se dividen entre mejor película de animación, mejor documental o mejor cinta extranjera. Y el reparto de votos siempre diluye las oportunidades.
En un año en el que hay película de Pedro Almodóvar (Madres paralelas), la Academia de Cine español decidió apostar por El buen patrón, una tragicomedia de Fernando León de Aranoa que ha batido récord de nominaciones para los Premios Goya, con veinte opciones. Una historia empresarial y de corrupción que cuenta con Javier Bardem como su mejor baza, rodeado de un estupendo plantel de secundarios. Aunque en los premios estadounidenses se está oyendo más a Madres paralelas y a Penélope Cruz. Y a Bardem también, pero por su trabajo en Ser los Ricardos.
Junto a la aspirante española, hay otros dos filmes hispanos que pasaron el primer corte de los Oscar: Noche de fuego, de Tatiana Huezo (México), y Plaza catedral, de Abner Benaim (Panamá).
El filme de Huezo, más allá de contar con el respaldo del gigante Netflix, es un sólido relato sobre la violencia que sufren las adolescentes de algunas regiones mexicanas controladas por los carteles de la droga. Un historia durísima que lo es aún más por ser un reflejo certero de la realidad.
Y no lo es menos la panameña Plaza catedral, que de entrar entre los cinco finalistas sería la primera cinta de este país nominada a un Oscar. Una historia de desigualdades y de relaciones humanas, aún más impactante si tenemos en cuenta que su joven protagonista, Fernando Xavier De Casta, fue asesinado poco antes de estrenarse la película, en la que precisamente interpretaba a un chico de la calle.
Un héroe, de Asghar Farhadi, y Fue la mano de Dios, de Paolo Sorrentino, son las candidatas de Irán e Italia, que han ido sobre seguro con dos cineastas que ya saben lo que es ganar un Oscar.
En el caso de Farhadi, dos, por Nader y Simin, una separación (2011) y por El viajante (2016). Mientras que Sorrentino se lo llevó en 2014 por La gran belleza.
El 9 de febrero Hollywood anunciará las cinco películas que optarán a esta modalidad en los Oscar, que se celebrarán el 27 de marzo