Reputado bertsolari, el guipuzcoano Jon Maia, que ya hizo sus pinitos musicales en el proyecto Karidadeko Benta a principios de este milenio, se lanza ahora en solitario con el disco-libro Kantu bat gara (Elkar) Kantu bat gara, en el que ha grabado alguna de las canciones que ha compuesto para artistas como Negu Gorriak, Benito Lertxundi, Gozategi, Gari, Mikel Urdangarin y Ken Zazpi, entre otros. Tras ese “largo y sólido camino” que abarca ya tres décadas, se lanza en solitario y presenta estas canciones, adaptadas a su estilo y con su propio grupo, en una gira que el Arriaga acogerá el jueves 6 de enero. Repetirá en el donostiarra Victoria Eugenia el 3 de febrero.

Tras el aplazamiento de su concierto previsto en la capital guipuzcoana para la semana pasada, desde el Arriaga muestran su satisfacción por el mantenimiento del recital de Maia, que arrancará el jueves próximo a las 19.00 horas, con entradas a la venta entre 8 y 21 euros. “El concierto se mantiene sin cambios, solo con la reducción del aforo a 600 personas”, siguiendo las normas adoptadas por el Gobierno vasco en los últimos días, explican desde el teatro bilbaíno.

Maia, reputado bertsolari durante las últimas décadas, es un gran aficionado a la música, como demuestran sus múltiples colaboraciones, detrás y encima de los escenarios, con músicos vascos a lo largo de las tres últimas décadas. Además, entre 2003 y 2007 formó parte del proyecto multidisciplinar y ecléctico Karidadeko Benta, que firmó tres discos. Ahora, a punto de cumplir 50 años, debuta en solitario tras el lanzamiento de su disco-libro Kantu bat gara, en el que ha regrabado una selección de las canciones que escribió para otros músicos vascos en los últimos 30 años.

La composición de canciones, “un subgénero entre la literatura y la música”, se ha convertido en “una de mis líneas de trabajo más largas en el tiempo”, explica Maia, quien advirtió que el camino, iniciado ya hace tres décadas, era bastante sólido. La efeméride provocó que surgiera el proyecto de recopilar algunas de esas casi 200 canciones “prestadas” y entregarlas en un disco-libro que diera visibilidad a esa obra, que abarca a proyectos que se han quedado fuera por falta de espacio como Zaldibobo, Bizkar Hezurra, Imuntzo eta Beloki, Kai Nakai, En Tol Sarmiento, Esne Beltzao los madrileños Def con Dos, los únicos no vascos de sus colaboradores.

Kantu bat gara ofrece 15 de sus composicionesKantu bat gara , que se grabaron nuevamente el pasado mes de agosto en los estudios Elkar de Donostia. Maia se rodeó de un trío de reconocidos músicos, los que le acompañarán en estos conciertos de presentación: Gorka Hermosa (acordeón), Pello Ramirez (violanchelo) y Nacho Soto (teclados) aunque en el álbum cuentan con las percusiones ocasionales de Ander Zulaika. Además, el disco cuenta con duetos de algunos de los artistas a quienes cedió esas canciones, de Gari a Urdangarin, pasando por el novedoso apoyo de Xabier Amuriza y el actor Asier Etxeandia.

Maia abre el disco con una introducción con samplers que evidencia el gusto ecléctico de sus colaboraciones, que van del rock al rap, los bertsos, la electrónica y la raíz euskaldun, estilos que es sus versiones propias adquieren un sonido más folk, casi de cámara debido a los chelos, y con ecos portuarios y de tango cuando el sonido lo lidera el acordeón de Hermosa. Y en Kantu bat gara vuelca su admiración con Fermín Muguruza y su grupo Negu Gorriak, de quienes recupera los míticos Lehenbiziko bala -en una versión irreconocible- y Gure jarrera.

Maia conoció a Muguruza cuando tenía 18 años, en el gaztetxe de Elgoibar, en una sesión de bertsos junto a su amigo Féliz Aizpurua en el que se atrevió con un amago de rap. “El mundo del bertsolarismo y el del rock eran dos mundos aparte”, recuerda el bertsolari y músico. Por eso, muestra su satisfacción y orgullo porque Muguruza le invitara a colaborar con él aportando varias letras. “Volví en tren a Zumaia a dos metros de altura del suelo”, rememora.

Entre otras, el álbum incluye también Zaharra zara Bilbao previo al Guggenheim y al Euskalduna que popularizó Gari; el célebre Nirekin, de Gozategi; Non geratzen den denbora, uno de los himnos de Urdangarin, que comparte con su intérprete; Itsasoari begira, “un regalo y un sueño” que escribió para Benito Lertxundi, o Itsasoa gara, la “canción de amor” que cedió a Ken Zazpi.

nervios e ilusión

Maia reconoce sentir tanto “vértigo y responsabilidad como ilusión” ante esta andadura musical. “Como personas, como colectivos, como pueblos, podemos adoptar muchas formas: ser un reino, una autonomía, un Estado, una república o nada de ellas y algo más. Todo eso es efímero y versátil, pero lo que siempre seremos, dicho sea de forma poética, es una canción. Desde hace miles de años nos ha llegado esa canción creada aquí; y sigue adelante” a través de estilos diferentes, explica sobre el título de su libro-disco.

“Nuestra identidad evoluciona y se adapta. Es lo que me gusta de Euskal Herria, que es diversa y viva, y que, si es posible, se expresa en euskera”, apostilla Jon Maia.

“Reconozco que siento tanto vértigo y responsabilidad como ilusión ante esta andadura musical”

“Me gusta de Euskal Herria, que es diversa y viva, y que, si es posible, se expresa en euskera”

Bertsolari y músico