"Me hace una gran ilusión actuar en el Principal, es como volver a casa". Maddi Gaztelumendi ya sabe lo que es pisar las centenarias tablas de la calle San Prudencio. Lo hizo varias veces cuando era alumna del Conservatorio José Uruñuela. En estos momentos, eso sí, la bailarina donostiarra siente que su actitud es otra "porque antes estaba formándome y ahora estoy en el mundo profesional". La cita esta vez es este sábado de la mano de la compañía Dantzaz, que regresa a Gasteiz para compartir el espectáculo Bat.
Como se ha hecho ya habitual en los últimos meses, el encuentro con el público se producirá a partir de las 19.30 horas, quedando todavía entradas disponibles por 18 y 12 euros. Cabe recordar que esta actuación va a ser una de las primeras en la Red Municipal de Teatros en las que se solicitará el pasaporte covid.
Sobre las tablas, junto a Gaztelumendi, se encontrará una decena de jóvenes bailarines ya que parte de la esencia de Dantzaz está ahí, en el apoyo y el acompañamiento de los nuevos profesionales de la danza en su camino al mundo laboral. Entre ellos se ofrecerán tres piezas diferentes pero que tienen su nexo de unión. "En realidad seguimos casi la línea energética de un concierto, empezando muy fuerte, para después pasar a la parte más delicada si se quiere decir así, para volver a un final hacia arriba", describe Fernando Sáenz de Ugarte, director general del grupo.
La primera coreografía que verá el público será Los exclavos felices, una pieza diseñada por Martin Harriague que cuenta con música de Juan Crisóstomo de Arriaga. "Son diez minutos frenéticos" en los que pasado y presente se unen a través de la ironía.
Después llegará Thirty, con coreografía de Sade Mamedova y partitura de Mateo Lugo. Se trata de una creación "plena de poesía y de delicadeza", de una pieza de 15 minutos que combina emoción y abstracción para hablar de la migración.
El broche llegará con Walls, de nuevo bajo la firma de Martin Harriague, que en esta ocasión se sirve de distintas músicas para generar una obra de 35 minutos "potente y rotunda" con la que volver a plantear una reflexión sobre la sociedad actual, algo que está presente en todo el programa.
Como apunta Sáenz de Ugarte, este tres en uno, en Bat", un montaje que ya se ha podido ver en diferentes escenarios de distintos países, siempre contando con "una respuesta muy entusiasta por parte del público; esperemos que en Vitoria pase lo mismo".
"Va a ser especial, seguro", admite Gaztelumendi, que remarca la formación recibida en Vitoria durante sus años de estancia en el Uruñuela. "Allí me enseñaron una técnica muy buena", más allá de que, ya en el sector profesional, "me he quitado algunas formalidades y estoy explorando nuevas formas de trabajo". Así lo hace dentro de la estructura de Dantzaz, donde además cuenta con una beca para poder llevar a cabo procesos de mediación con los públicos en torno a la danza contemporánea.