Pese a que lo planea tras cada proyecto, Kiti Mánver no logra pararse a descansar. Tras cosechar los éxitos de El inconveniente (nominación al Goya a mejor actriz incluida), ha concluido el rodaje de la serie Express (Starzplay), donde interpreta a una villana que se aprovecha del miedo pospandémico para hacerse aun más rica. Se estrenará el 16 de enero. En un mundo en el que la rapidez es la norma, en su profesión parece ser una regla eso de “trabajar a destajo” para “aprovechar el momento”, cuenta a Efe. Es parte de esa “esclavitud” existente en un mundo cada vez más “desigual” que afecta también a una profesión con la que pocos se hacen ricos. A sus 68 años, Mánver (Antequera, Málaga, 1953) confiesa que tiene muchas ganas de pararse a descansar y pausar esa “vorágine” de enlazar obras de teatro con películas. “Una va viendo la dificultad, seguramente porque tienes más años, todo te va costando más”, confiesa la actriz de Mujeres al borde de un ataque de nervios y Todo por la pasta.
‘Express’ habla de un hipotético futuro en España en el que, tras la pandemia, se normalizan delitos como el secuestro exprés. ¿Cree que podría llegar esta situación?
—A mí una de las cosas que me preocupaba de la serie era “aquí, dando ideas”. Ojalá que no. Aquí hay mucha corrupción metida en muchos sitios e institucionalmente, pero esperemos que no sea así (...). Estas cosas es verdad que de esta manera tan exagerada donde pasan es en México y Centroamérica, pero el mundo es cada vez más global, sobre todo el mundo que nosotros llamamos primero, que es primero gracias a que los segundos y terceros están esclavizados. Y bueno, nosotros también lo estamos... No hay más que ver la cantidad de paro que hay, cómo se está trabajando, los repartidores, los médicos, la de horas que están haciendo...
Dicen los creadores de la serie (Iván Escobar y Antonio Sánchez), que el miedo es la empresa más grande del mundo.
—No nos queda tan lejos. Lo estamos viendo en la tele todos los días, cómo se utiliza la precaución de la gente, su miedo a perder las cuatro perras que tienen. (...) Los que económicamente tienen acceso a protección, quieren tener algo para proteger a sus familias.
Tras la pandemia, se habla de un mundo cada vez más desigual, ¿así lo ve usted?
—Los derechos son cada vez menores para todas las personas que no tienen poder económico, que son la inmensa mayoría. Hay una clase media que se cree que se va a salvar -que a mí me parece que no, lo veo cada vez más difícil- y luego está la clase trabajadora que cada vez está más esclavizada. Y no te quiero contar ya los migrantes que vienen, que tienen que hacer auténticas barbaridades para subsistir.
Venía de un momento muy dulce tras ‘El inconveniente’. ¿Qué es lo que le llamó la atención de este proyecto tan distinto?
—La serie me parecía interesante por esta historia, es un producto que se lleva ahora de mucha acción y una buena protagonista, tiene todos los ingredientes para ser un éxito (...). He elegido una cosa que no me obligara a lo que venía, a la vorágine de teatro, cine... Estas locuras que yo ya no quiero hacer. Los tiempos nos llevan a trabajar a destajo porque hay que aprovechar el momento. Yo ya no tengo que aprovechar nada, yo ya lo que tengo que hacer es retirarme. Porque, ¿por qué y para qué? Si además en esta profesión, salvo dos o tres excepciones, nadie se hace rico. Yo ya me siento rica porque tengo mi casa pagada. Que un actor tenga su casa pagada es un logro total. Yo ya soy rica en ese sentido.
Lo de retirarse, lo dirá de broma, ¿no?
—De broma nada. Retirarme no lo digo. Sería absurdo que lo dijera de una profesión que me emociona tanto. Pero lo que no quiero es trabajar de esta forma tan frenética porque no es bueno. No quiero decir “me retiro” porque es un oficio tan rico que puedes tener noventa años y seguir trabajando, pero lo que sí tengo que hacer es pausar más el trabajo (...) Quiero parar más tiempo para sentarme y decir: “dentro de dos o tres años, voy a hacer otra cosita”.
“El mundo que llamamos ‘primero’ lo es gracias a que los ‘segundos’ y ‘terceros’ están esclavizados. Y nosotros también lo estamos”