- Se ha ido uno de los músicos legendarios de las últimas décadas. Charlie Watts, batería de la banda británica Rolling Stones, murió ayer a los 80 años, según informó Bernard Doherty, representante del músico. Este mismo agosto la banda británica comunicó que Watts no podría acompañar a los integrantes del grupo en la gira que debe comenzar este mismo mes de septiembre. El batería debía tomarse un descanso para recuperarse de un reciente “procedimiento médico”. En 2004, Watts había sufrido un cáncer de garganta. “Es con inmensa tristeza que anunciamos la muerte de nuestro querido Charlie Watts. Falleció en paz en un hospital de Londres, rodeado de su familia”, señaló un comunicado divulgado a los medios por su representante.
Nacido el 2 de junio de 1941, Watts era el mayor de los Stones y pasaba por ser el más sereno de una banda conocida por los excesos de algunos de sus miembros. Cuentan los relatos biográficos que tuvo una infancia y juventud sencillas, como miembro de una familia trabajadora que vivía en una casa prefabricada del barrio londinense de Wembley. Su primer tambor, de hecho, lo fabricó él mismo después de arrancarle el mástil a su banjo, imitando el proceder de los negros americanos que practicaban la música skiffle y se construían sus instrumentos con objetos cotidianos.
A los 14 años consiguió su primera batería real, que fue un regalo de su familia, y así fue profesionalizándose de manera progresiva, primero en un estilo más cercano al jazz, junto a bandas de este género con las que tocaba, mientras trabajaba como diseñador gráfico.
Su salto definitivo al rock and roll lo dio cuando en 1963 se convirtió en miembro de The Rolling Stones, que había nacido un año antes, como sustituto de Tony Chapman. “La diferencia entre tocar jazz en clubes y tocar rock and roll con los Rolling Stones era el volumen”, dijo en una entrevista con The New Yorker, y así de fácil unió su talento a Brian Jones, Ian Stewart, Mick Jagger y Keith Richards, la formación de entonces.
En realidad, nunca abandonó su pasión por el primer género musical que practicó y a lo largo de su vida fueron varias las aventuras musicales que en esta línea organizó junto a otros músicos, como el grupo Rocket 88. Como miembro de los Stones, no solo se ocupó de la percusión, sino que como diseñador gráfico se ocupó también de crear elementos relacionados con el grupo, como varias portadas (o la contraportada viñeteada de Between the Buttons) e ideó los escenarios de muchas de sus giras.
A pesar de encarnar un tipo de músico alejado de la típica iconografía roquera (perfil tranquilo y familiar, siempre pulcro en el vestir), Watts vivió uno de sus episodios más amargos en los años 80 por su adicción a la bebida primero, para después pasar a las anfetaminas y la heroína. Relató después que fue el amor de su esposa, Shirley Ann Shepherd, y el temor a perderlas a ella y a su hija Seraphine lo que le hizo recapacitar y desintoxicarse. Compaginarlo con las giras de Sus Satánicas Majestades no era fácil, así que durante las mismas comenzó a recluirse en la habitación de hotel de turno para garabatear.
Su actitud probablemente también tuviese que ver con el hecho de que durante sus más de cinco décadas con los Stones, viviese golpes como la muerte del exlíder del grupo Brian Jones. Por otro lado, parece que su carácter aparentemente apacible ocultaba un temperamento bien controlado. Cuenta Keith Richards en su autobiografía Life que durante una madrugada de 1984 en Amsterdam, un Mick Jagger en estado ebrio armó jaleo preguntando por “su baterista”. Según su relato, Watts tuvo la paciencia de ducharse y vestirse con su habitual acicalamiento para encontrarse con aquel, pegarle un puñetazo y responderle algo así como “Yo no soy tu baterista; tú eres mi cantante”. La vida del músico se vio amenazada en otros dos momentos cruciales, cuando en 2004 hubo de ser tratado de un cáncer de garganta (entonces sí salvó su presencia en la gira de A Bigger Bang tras someterse a radioterapia) y cuando solo un año después sufrió un accidente automovilístico en Niza, por el que se fracturó el brazo y varias costillas.
Las reacciones por la muerte de Charlie Watts han inundado las redes sociales. El cantante británico Elton John le ha calificado como “el mejor batería”, y envió sus condolencias a la familia y a los Rolling Stones. “Un día muy triste. Charlie Watts fue el mejor batería. El más elegante de los hombres y una compañía genial”, tuiteó John.
Por su parte, el exBeatle Paul McCartney dijo que fue una “roca” para los Rolling Stones y un “baterista fantástico”. “Fue un tío estupendo. Sabía que estaba enfermo, pero no sabía que lo estuviera tanto. Mucho amor a su familia”, señaló McCartney en un vídeo colgado en Twitter.