- Conoció la ciudad levantina durante el rodaje de la serie que estrenó Atresplayer, que ahora emite Antena 3 y que en breve pasará a HBO. Es una comedia en la que habla de las relaciones entre vascos y lugareños de Benidorm. No había estado nunca en ella, pero reconoce que le sorprendió mucho.

Tiene planes de vacaciones. ¿Benidorm?

—Ja, ja, ja... No. No me voy a Benidorm, aunque es una ciudad que me sorprendió cuando hicieron la serie. La han estrenado en abierto en Antena 3. Lo que me ha sorprendido es que pasará directamente a HBO.

¿Y los resultados?

—No han ido mal. Así que bien. Me gusta que las series en las que estoy se asienten. Pero la televisión es un medio muy difícil.

¿Por qué no le tienta Benidorm como lugar de vacaciones? A muchos vascos les chifla.

—Y me parece muy bien que guste. Pero no es un lugar que a mí me llene como un lugar de vacaciones y, repito, no está nada mal.

¿Pero?

—Me gusta más tranquilidad. Menos gente. Tengo que reconocer que cuando rodamos la serie muchas ideas preconcebidas que tenía de este lugar se cayeron. Pero no es el turismo que a mí me llama, aunque sé que a otros les gusta mucho.

¿Y cuál es ese turismo que le llama?

—Me gusta perderme, pero perderme de verdad. Me gustan las islas y me gusta el monte. Quiero desconectar y que los móviles funcionen poco.

¿Sin móvil?

—Sin móvil se puede vivir. Tengo una hija adolescente o preadolescente, según lo mires. Así que prefiero ir a un sitio en el que no haya mucha cobertura.

¿Está seguro?

—Ja, ja, ja... Sí. Que no haya cobertura, así habla con su madre y conmigo y no puede usar el móvil.

¿Y qué dice ella?

—Ja, ja, ja... Ella tendrá que hablar con sus padres y acostumbrarse a la falta de cobertura.

Le deseo suerte. ¿Tiene algo entre manos para la vuelta de sus vacaciones?

—Hay un par de proyectos y en ello estoy. Pero hasta que no sean más seguros es mejor no hablar de ellos. Prefiero que estén firmados para comentar algo. Hay veces que todo parece muy firme y luego se va al traste. Puedo hablar de lo que he hecho. He rodado con Álex de la Iglesia El cuarto pasajero. Estoy en la película de Joaquín Mazón, La vida padre.

¿Cómo es ‘La vida padre’?

—Una historia muy interesante. Es una comedia, pero no al uso como las que vemos habitualmente. Estábamos como en familia. Estaban Maribel Salas, Ander Otaola, Karra Elejalde... Se rodó en Bilbao durante un mes y el otro en Madrid. También hay otros puntos de Euskadi que aparecen en el rodaje.

Hablemos de la pandemia. ¿Le ha afectado mucho en cuestión de trabajo?

—Sí, a mí sí. Se nos olvida que esta situación va para dos años. Es mucho tiempo y de una forma u otra nos ha afectado al trabajo de todos, y no solo al de los actores. Mi trabajo ha bajado. Entre los meses encerrados y luego las restricciones, yo no puedo decir que no me he resentido. Es cierto que tenía cosas en streaming y salvoconducto para ir a currar, pero ha habido mucha presión. Ha habido mucha incertidumbre, sobre todo el verano pasado.

¿Y este verano?

—No tanto. Pero la incertidumbre fue tremenda hace un año. Somos autónomos y con las previsiones que había, te podían suspender un bolo el día anterior, la situación a veces era difícil. Fue jodido. Este verano ha ido mejor, hablo a título personal. Hay compañeros y compañeras que las están pasando putas. Tengo trabajo y no me quejo. Aunque te digo una cosa, quejarse es una obligación y un derecho.

A veces quejarse cansa a uno mismo y a los demás también.

—Cierto. Puede ser cansino. Pero también cansino que te repitan: “No te quejes, hay gente que está peor que tú”. Y pienso: “Joder. También puedo mirar para arriba a ver quién se lleva el gordo”. Hay gente a la que le va muy mal, es verdad; pero hay gente a la que le va muy bien. Esto ha pasado antes de la pandemia y pasa ahora. Así que quien quiera quejarse está en su derecho y puede ser relajante.

¿Le resulta chocante ver al público con mascarilla?

—Al principio era muy raro. Tú estabas arriba en el escenario y veías al público con la cara medio tapada. Haciendo humor la sonrisa del público es muy importante. Me lo tomé como un reto y decidí hacer que los espectadores se descojonasen y que yo les oyera la carcajada, que movieran los hombros. Al final consigues olvidarte de la mascarilla, pero ahí está. Tristemente, a todo nos acostumbramos. Esas mascarillas están en el día a día.

¿Nos libraremos de ellas?

—Sí, mujer, sí. A pesar de que en estos tiempos pandémicos que vivimos parece que es mejor ser negativo, yo soy positivo. Pienso que ya queda menos. Mira, estoy doblemente vacunado, no te digo que me haya convertido en inmortal, pero te da cierta seguridad. Tenemos que confiar en que esto se vaya acabando, ya es hora.

¿Y dónde coloca a la música en estos momentos?

—En el fondo, muy en el fondo. Pero es muy difícil acabar con la música. La música es vida. Aunque es un mundo que con esta situación se ha tenido que reinventar. De todas formas, hay cosas que no entiendo. Cuando he visto el partido de fútbol de la Copa esta que ha habido...

¿La Copa de Europa?

—Esa, a mí no me interesa y había campos llenos de gente. ¿En el fútbol si se puede y en un concierto no se puede? Es muy raro todo.

¿Hablamos de LosDelGás? ¿Es un recuerdo o puede verlo en presente y en futuro?

—Hablamos. ¡Qué te voy a decir a estas alturas! Hace poco nos ha dejado Javi Area, el batería. Ha estado tres años peleando contra un cáncer asqueroso. Ahora mismo ni yo, ni Pirata, ni Richi, ni Sergio... nadie de la banda estamos por la labor de que haya otra persona dando palos atrás. Sin Javi es inconcebible que volvamos a tocar, no hay otro como él.

Así que lo dejamos en recuerdo.

—Nunca se sabe. Pero los de esta banda comíamos de otras cosas y éramos cinco amigos que nos juntábamos para tocar y disfrutar. No vivíamos de ello, tampoco teníamos compromisos con casas discográficas. Echamos de menos a Javi.

Mucha gente no sabe de su relación con la música, la mayoría le ve como actor de televisión, de cine o como cómico. ¿Qué le llevó a este mundo?

—Siempre he dicho que soy un actor con oído. No tengo la osadía de considerarme músico, melómano sí. A mí, el que me inculcó el amor por la música desde pequeño fue mi aita. Recuerdo que había hilo musical en todas las habitaciones. Todos los días había música en casa. Hice un programa en la tele, se llamaba Comunicando, comunicando y en la banda del programa estaban Pirata (Luis Mari Moreno) y Javi. Entre sketch y sketch me subía a cantar con ellos. Al cabo de los años, me llamó Pirata y me dijo que iban a montar una banda y que a ver si me apuntaba.

Y no tuvo dudas, ¿no?

—Ninguna. Fui encantado.

Y en su memoria sigue el Adagio de Albinoni, nada que ver con la música de su banda.

—Ja, ja, ja... Lo tengo en la memoria y en mis vinilos. Me lo pongo de vez en cuando. Como dice Pirata: “Hay música buena y música mala. Luego están los estilos”

Y se queda con lo de música buena, ¿sin estilo?

—Yo soy rockero. Tengo pasión por el rock. Hay días que me pongo jazz; otros música clásica; también rock duro o heavy... Lo que no me pongo es reguetón.

“Soy rockero. Siento pasión por el rock. Hay días que pongo jazz; otros, música clásica y también rock duro o heavy. Reguetón no”

“He hecho con Álex de la Iglesia ‘El cuarto pasajero’ y ‘La vida padre’ con Joaquín Mazón. No me puedo quejar en este momento ”