Fue el pasado 17 de mayo cuando Aritz Albisu se encontró con Araba en pleno Aratz. La escultura de Nestor Basterretxea, instalada en la cima del monte en 1997, estaba desaparecida desde hacía casi dos décadas. Nadie sabía que había pasado con ella. La noticia generó una gran sorpresa, no solo por el hallazgo en sí, que también, sino además por el operativo de rescate que se montó para recuperar la pieza y llevarla a sitio seguro.
La primera parada fueron las instalaciones del Ayuntamiento de Asparrena. Su alcaldesa, Txelo Auzmendi, y la familia, a través de Gorka Basterretxea, han mantenido un estrecho contacto desde entonces para decidir cómo proceder, aunque la intención de ambas partes siempre ha sido, y así lo han expresado en varias ocasiones, que la creación del artista de Bermeo se quedase en Araia.
Por supuesto, así será. No solo eso. Ya hay ubicación definitiva. Será en la calle Santsaerreka, justo en un cruce a la entrada a la localidad, desde donde también se puede ver el monte donde Basterretxea quiso colocar Araba. Así, todo el que entre en Araia podrá ver la pieza del fallecido creador, según han confirmado a través de la Cadena Ser tanto el hijo del escultor como la alcaldesa de Asparrena.
Basterretxea, Auzmendi y Albisu observando la escultura 'Araba'/E.S.P.
Eso sí, aunque esta localización será la definitiva, no será la primera. En la calle Santsaerreka se van a llevar a cabo una serie de obras, y hasta que no terminen no se quiere llevar allí la pieza, como por otro lado es lógico. Pero tampoco se quiere mantener oculta hasta ese momento. Así que a partir de octubre se podrá ver en el centro de Araia (o junto a la iglesia o al lado del frontón), mientras se termina de acondicionar la mencionada vía.
Antes de eso se va a proceder a una mínima restauración de la pieza. Se van a limpiar unas pegatinas que están en la cara superior y se va a dar patina, aunque se van a dejar otras huellas del paso del tiempo, incluyendo algunos golpes que se pueden apreciar en la escultura. De esta forma, se quiere respetar la huella que el paso del tiempo ha dejado en la vida de la pieza, que, cuando menos, ha sido bastante azarosa, desaparición incluida.
La obra se instaló en 1997 en la cima del monte Aratz, donde confluyen los territorios de Álava, Gipuzkoa y Navarra, aunque desapareció pocos años después. Se trata de una réplica en bronce única y firmada por el artista vizcaíno de la pieza que fue creada en madera en 1962 y que pertenecía a una trilogía con otras dos obras de nombre Bizkaia y Bizkaia Gipuzkoa. Según explicó en su momento Albisu a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, se encontró la escultura a 500 metros de la cima, por un camino no frecuentado y en un lugar poco visible. “Si la gente pasase por ahí, no le daría importancia. Por el camino normal a la cima no se ve, estaba como escondido”, explicó.
Tras ver algo “raro” junto a unos tubos y otra pieza “rara” como chatarra, “le di unas vueltas a ver si ponía algo. No sabía si era algún homenaje a algún muerto, por ejemplo. Estaba totalmente descubierta junto a una roca. No ponía ninguna fecha ni ningún nombre. Saqué unas fotos y me marché para casa”. Ahí comenzó una aventura que parece que ya tiene un final escrito, el que pasará primero por el centro de Araia y luego por el punto de entrada a la localidad, desde donde Araba recibirá a todo aquel que acuda hasta aquí.