aceun par de meses los protagonistas de Friends revolucionaban las redes con un capítulo especial en el que escenificaban su reunión en los decorados originales de la popular serie de los 90. El ejército de seguidores que esperaba su regreso con devoción confirmaba que la comedia de situación, un formato que se remonta a mitad del siglo pasado, sigue teniendo tirón. Sin embargo, las series cómicas se han transformado dejando paso a otros formatos que aunque hayan estado siempre presentes no es hasta la irrupción de los canales por cable y las plataformas de streaming cuando han florecido realmente. Esta transición es la que analiza Jorge Yebra en su ensayo De Friends a Fleabag: La evolución de la comedia de ficción televisiva donde repasa la desaparición del gag, la mezcla de géneros y la diversidad de temáticas que aborda la comedia actual.
Para ello, el autor se ha centrado en las comedias anglosajonas, tanto estadounidenses como británicas, al tener nexos de unión en la forma de hacer ficción. Su repaso se inicia en los años 50 del siglo pasado para detenerse especialmente en las dos últimas décadas, que es cuando la comedia ha vivido “el gran cambio en la televisión, tanto en la forma de hacer comedia como en el tipo de comedia que se hace”.
Jorge Yebra recuerda cómo en el origen de las sitcom (acrónimo de comedia de situación) bebían de dos elementos. “Uno de ellos era el teatral, porque las primeras comedias que se hicieron, como Honeymooners, eran en realidad espectáculos teatrales televisados, con un escenario delante de un público”, concreta el autor formado en audiovisuales. Otro de los elementos es la influencia de la radio donde se hacían muchos programas cómicos que tuvieron su posterior reflejo en la televisión. Poco a poco, esa transformación va tomando forma hasta que se decide que el formato se debe industrializar. “Es cuando se lleva la comedia de Nueva York a California, se deja de grabar en teatros para grabar en estudios”, especifica.
Así es como aborda la profesionalización de esa comedia de situación que apenas ha cambiado. “A mediados de los 50 se elige una forma de hacer y a lo largo de los años se perfecciona a través de la grabación multicámara, la iluminación... pero el formato se mantiene muy conservador”, expone Yebra, quien concreta que lo que realmente se modifica son los temas que se empiezan a tratar. “Con la evolución de la sociedad anglosajona se va viendo cómo cambia la comedia si bien parte de una estructura y un guión muy fijo para que no se pueda notar”, indica. “Si comparamos una comedia de hace 40 o 50 años, como Embrujada, con una de los 90 o los 2000, como Dos hombres y medio, formalmente ha cambiado muy poco”, añade.
Ese formato de sitcom a lo largo de los años lo desgrana mediante dos ejemplos. Uno de ellos es Matrimonio con hijos, una serie revolucionaria para su época que salió en FOX cuando iniciaba su andadura. “Quería productos para llamar la atención y distinguirse del resto de cadenas que llevaban muchos años produciéndose”, indica sobre esta serie que rompió con los moldes tradicionales de la representación de familias. “Es una comedia agresiva en ese sentido, con una familia nada ejemplar y personajes odiosos entre ellos”, revela. Otra vuelta de tuerca llega con Friends, una comedia “muy noventera” que llega cuando las sitcom están en la cúspide. “Se diferencia porque al estar enfocada al público juvenil habla de otros temas. No hay personajes de distintas edades sino que representa un espectro muy particular de la sociedad”, detalla.
“La comedia de situación nunca ha desaparecido pero hay un momento en el que se produce una ruptura”, indica el autor del libro quien menciona series que han ido tomando el relevo de esa hegemonía como Cómo conocí a vuestra madre o, posteriormente, TheBig Bang Theory. No obstante, a principios del siglo XXI se empieza a apostar por cosas nuevas, haciendo hueco a una nueva comedia que existía aunque fuera de forma minoritaria. “Hasta entonces la sitcom ha sido el formato predominante porque es un producto económicamente muy rentable que funcionaba”, considera Yebra. Sin embargo, otro tipo de comedias comienzan a copar las programaciones y el público responde cada vez mejor. “Es una comedia que hace humor de forma distinta, con nuevas voces que tienen ideas de autor”, expone.
En ese sentido, indica que trata de voces que obtienen repercusión al ser apoyados por las cadenas de cable. “Como no tienen las ataduras de tener que depender de los anunciantes o limitarse a un espectro en el que entren todos, pueden hacer cosas subidas de tono o en las que se digan palabrotas”, explica Yebra. Lo que hubiera tenido que intentar pasar por la gran pantalla, de repente tiene cabida en la televisión. “Aparece la figura del showrunner, una persona que supervisa toda la producción y cómo tiene que ir la trama. Deja de ser algo industrial para que haya una sala de guionistas que por encima de todo tengan claro lo que quieren contar en cada episodio”, narra el autor del ensayo. Así, pone ejemplos como Girls, de la conocida creadora Lena Dunham, en la que es más importante lo que viven sus personajes que el chiste de turno. Otro ejemplo muy claro es Fleabag que nació en un formato teatral que después adaptó la BBC. “La protagonista, Phoebe Waller-Bridge, rompe la cuarta pared cada dos por tres para hablar con el espectador, igual que en el teatro”, concreta.
De la misma forma que la televisión por cable trajo modificaciones, las plataformas de streaming también han fomentado la diversidad en las temáticas. “Si hablamos de la familia la figura del padre muchas veces no es un buen ejemplo o está ausente; la madre trabajadora y servicial se ha emancipado y tiene otros problemas”, ejemplifica. También se abordan otros aspectos como la diversidad de género o de orientación sexual. “La visión era muy blanca. De repente tenemos nuevas voces de gente de otras razas, otros países, que cuentan cómo se sienten”, agrega. Y por supuesto el auge del feminismo también ha tenido su reflejo. “Parece ridículo pero en la industria cómica se ha llegado a discutir si las mujeres podían hacer reír. En los últimos años han dejado claro que pueden hacer reír igual o mejor que un hombre”, asevera Yebra, poniendo como ejemplo la serie Fleabag. “Nos encontramos con una televisión más rica y más diversa, con humor para todo el mundo. Las comedias que antes se hacían para el público afroamericano pueden ser masivas sin que estén protagonizadas por un hombre blanco heterosexual. La televisión es un ejemplo de cómo ha evolucionado la sociedad”, concluye.
En palabras de Jorge Yebra, la popular serie Friends “es el gran ejemplo de cómo una sitcom ha podido triunfar siendo una sitcom y funcionando muy bien”. Esta comedia noventera logró diferenciarse del resto con un nuevo concepto de familia formada por un grupo de amigos. Su planteamiento sigue manteniendo el pulso. “Lo hemos visto recientemente con la reunión en HBO Max: todo el mundo se ha vuelto loco recordando y revisionando la serie”, destaca el autor.
“Es una comedia distinta que se ha alejado de ataduras, rompe totalmente las reglas clásicas, incluso la cuarta pared”, expone el autor. “Es una voz femenina empoderada, que no es ejemplar. Demuestra que no tiene que ser perfecta sino que está llena de errores, ella misma se considera una mala feminista. Te muestra cómo la familia no es ideal y las relaciones son complicadas. Es un estandarte de cómo la comedia ha cambiado”, asegura.
“Es una serie paradigmática porque rompe todos los cánones de cómo creemos que era la comedia entonces, tanto la británica como estadounidense”, indica Jorge Yebra sobre The Office. “No solo renuncia al estilo tradicional de la comedia de situación, sino que apuesta por un nuevo formato que es el falso documental”, añade el autor del ensayo.
Se trata de la primera comedia que estrenó Netflix cuando salió a la luz en 2013. “Casi todas las protagonistas son mujeres, cada una distinta, con una voz”, indica Yebra sobre esta serie en la que se “asoman momentos oscuros”. “Muestra cómo la comedia ha ido cambiando, no pretende hacer reír, sino que se agarra a tener momentos más dramáticos”, expone.
A juicio de Yebra, Masters of None “es una serie muy interesante que reivindica la figura del autor”. A través de una estructura fija en la que en cada capítulo habla de cosas diferentes, ofrece una visión distinta a la habitual en televisión ya que “está hecha por una persona nacida de inmigrantes americanos” que además se rodea de “un asiático, una mujer afroamericana...”.
Con la figura del ‘showrunner’ que lo supervisa todo, la comedia deja de ser industrial y los guionistas se centran más en lo que quieren contar
“La comedia de situación nunca ha desaparecido pero hay un momento en el que se produce una ruptura”
“Ahora nos encontramos con una televisión más rica y diversa, con humor para todo el mundo”
Autor del ensayo